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viernes, 28 de agosto de 2015

Desayunar sobre la marcha en la calle… te hace engordar.

Desayunar sobre la marcha en la calle… te hace engordar.

No sabemos si es por el ritmo cada vez más acelerado de nuestro estilo de vida -parece que vamos a cámara rápida-, pero lo cierto es que el momento de desayunar cada vez es más vertiginoso. De hecho, muchos renuncian a ese momento de cafelito y tostada en casa y lo cambian por un rápido desayuno sobre la marcha. Si os fijáis, es cada vez más habitual la imagen de una persona haciendo malabares con café, bollo y móvil mientras va por la calle, una estampa que hace años no veíamos tan a menudo.

Pues bien, un estudio acaba de concluir que desayunar ‘on the go’ no es nada bueno, no ya para nuestra alimentación, sino para nuestra línea. Vamos, que engorda más que si realizáramos esa misma comida (la más importante del día, recordemos) en la cocina de nuestra casa.
La Universidad británica de Surrey es la que ha llevado a cabo la investigación. La hicieron a través del siguiente método: pidiéndoles a 60 mujeres que comieran una barrita de cereales mientras caminaban por un pasillo, veían un capítulo de Friends o chateaban con un amigo. Tras esto, las participantes completaron un cuestionario y probaron diferentes snacks, entre los que se encontraban chocolate, palitos de zanahoria, uvas y patatas fritas. Los resultados concluyeron que las mujeres que más snacks comieron fueron aquellas que habían ingerido previamente la barrita de cereales mientras caminaban. Es más, comieron hasta cinco veces más chocolate.
“Comer sobre la marcha puede llevar a que se ingiera demasiada comida durante el resto del día”, explica la profesora Jane Ogden, directora del estudio. ¿Las razones? Una de ellas puede ser la distracción que supone ir caminando mientras comemos y que interfiere en nuestra capacidad de notar el impacto del alimento en nuestrahambre. Es decir, que si no prestamos atención mientras comemos, corremos el riesgo de pasarnos.

Está claro que esa ‘distacción’ también se produce cuando vemos la tele o hablamos con alguien. Entonces, ¿por qué sucede esto cuando caminamos? Pues porque el cerebro tiende a identificar ese momento como una forma de ‘ejercicio’, con lo que se piensa en la comida que viene después como una recompensa. Es decir, se minusvalora el efecto de la comida porque pensamos que, mientras ingerimos, lo vamos quemando…
De todos modos, los investigadores de la universidad de Surrey recuerdan que esto no quiere decir que comer viendo la tele o mientras se habla con alguien no engorde… También lo hace, claro está. El consejo es, por tanto, que más nos vale prestar atención a lo que comemos si no queremos que nuestro cerebro actúe como si no nos hubiéramos metido nada en el buche y pase a pedirnos más y más.

Fotos: Flickr

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