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lunes, 31 de agosto de 2020

Epistaxis: cuándo preocuparse si te sangra la nariz.

 

Epistaxis: cuándo preocuparse si te sangra la nariz.



Sufrir una hemorragia nasal no tiene por qué ser un motivo de preocupación, siempre que consigas frenar el sangrado (esta es la manera correcta) y que no se repita con frecuencia. De lo contrario, estas podrían ser las posibles causas

Si es repetitiva y va acompañada de otros síntomas, la hemorragia nasal o epistaxis podría ser una señal de alarma. Pero lo normal es que la epistaxis sea benigna y se deba a causas comunes como los resfriados y las alergias (rinitis), que pueden producir inflamación y picor, lo que hace que nos rasquemos y dañemos la mucosa nasal.

La presencia de una desviación en el tabique nasal, los cambios bruscos de altura o los cambios hormonales que suceden durante el embarazo también pueden favorecer la presencia de epistaxis.

La sangre procede de los vasos sanguíneos que irrigan el recubrimiento interno de la nariz (mucosa nasal), que se extiende unos 11 centímetros desde los orificios externos o narinas hacia atrás, hasta cerca de la altura de las orejas”, nos explican desde la Sociedad Española de Otorrinolaringología (SEORL). Puede salir por una o por las dos fosas, y suele durar de unos segundos a unos diez minutos.

Aunque las hemorragias pueden afectar a cualquier persona, es más común que ocurra en niños de entre 2 y 10 años (a los que pueden sangrarles la nariz incluso cuando están dormidos) y en adultos de entre 50 y 80 años.



Por tocarse en exceso

Esta es la razón principal por las que solemos sangrar por la nariz. El clima también tiene mucho que ver, ya que tal y como apuntan desde el Colegio de Farmacéuticos de Barcelona, “vivir en ambientes muy secos y calientes puede hacer que las membranas nasales se resequen provocando grietas que sangran”.

Por otro lado, muy pocas personas se dan cuenta de que podemos producirnos lesiones en la nariz por gestos tan cotidianos como la depilación. Por ejemplo, al arrancarnos enérgicamente los pelos del interior de la nariz, e incluso por los estornudos demasiado sonoros.

Asimismo, el sangrado puede aparecer tras haber estados expuestos a componentes químicos o humos que irritan la mucosa nasal. Todas estas situaciones se consideran normales y no deben preocuparnos.

Sin embargo, cuando los sangrados se presentan en la edad adulta de manera constante podría deberse a motivos más serios como la tensión arterial muy elevada, la toma de medicamentos  anticoagulantes (‘Sintrom’, aspirina...), el abuso de drogas o la existencia de tumores u otras enfermedades poco habituales.

Cómo actuar

Para detener el sangrado se aconseja apretar suavemente las alas de la nariz para cerrar las fosas nasales, inclinarse hacia adelante para no tragarse la sangre y respirar por la boca. No se aconseja realizar tapones y otro tipo de manipulaciones.


Al cabo de 10 minutos hay que comprobar si se ha detenido la hemorragia. Cuando los sangrados son frecuentes y difíciles de parar, conviene acudir al médico. Si es muy abundante, el sangrado se puede tratar con una cauterización, aunque antes es necesario localizar e identificar el origen y el punto por el que se está produciendo la hemorragia.

Acude a urgencias si...

  • La hemorragia no cesa en 15-20 minutos y va acompañada de dolor de cabeza intenso, mareos, vértigo, pequeñas manchas blancas en el cuerpo, erupciones, etc.

  • En vez de salir por la nariz, tenemos la sensación de que la sangre drena hacia la garganta, por la laringe, o si se sospecha lesión en cuello o cabeza.

  • Si ha ocurrido después de una caída, un golpe fuerte o por la presencia de un cuerpo extraño.

  • Estas hemorragias pueden ser peligrosas, y son comunes tras una lesión, o en ocasiones está causado por una presión alta, desórdenes nasales, arterioesclerosis

Aunque toda la mucosa nasal puede sangrar, la que sangra más frecuentemente es la parte anterior del tabique nasal (área de Kiesselbach) y en este caso la hemorragia suele ser leve y de escasa gravedad.

"Cuando la epistaxis procede de la parte posterior de la nariz (arteria esfenopalatina), la hemorragia es severa y puede ser grave. La sangre fluye tanto por la nariz como por la boca en cuanto se inclina la cabeza hacia atrás"aclara la SEORL.

En estos casos podría ser la manifestación de una enfermedad grave: leucemia, tumor maligno o benigno de fosas nasales, enfermedad hepática o hipertensión arterial.

Lo que no hay hacer

Ponerse nerviosos, rascarse o frotarse la nariz y hacer esfuerzos para levantarse empeorará la situación. Sobre todo, debe evitarse inclinar la cabeza hacia atrás o acostarse, ambos gestos hacen que traguemos la sangre, lo que puede acabar produciendo sensación de ahogo e irritar la mucosa digestiva.Y además, impiden conocer si estamos o no sangrando. Mantener la calma es fundamental, evita que aumente la tensión arterial que nos haría sangrar más

Trucos que funcionan

Ponerse un cubito de hielo protegido con un paño en la nuca o masticar hielo puede contribuir a parar la hemorragia ya que se produce una constricción refleja de los vasos sanguíneos.

Mantener un ambiente fresco en casa también puede ayudar en caso de ser propenso al sangrado nasal. En estos casos se aconseja el uso de un spray salino para humedecer el interior de la nariz, y de un vaporizador para aumentar la humedad del aire que se respira. Además, conviene ser especialmente cuidadosos con la hidratación (oral y nasal) para mantener las mucosas nasales en buen estado y evitar lesiones.

¿Se puede prevenir la epistaxis?

La mejor forma para prevenir las hemorragias nasales es evitando los factores de riesgo:

  • Clima muy seco

  • El aire seco en ambientes con calefacción

  • Angiomas en los vasos sanguíneos

  • La nariz tiene una irregularidad o una deformidad

  • El paciente está resfriado o tiene sinusitis

  • En caso de sarcoidosis o presión arterial alta

  • Toma medicamentos anticoagulantes o consume cocaína

Y recuerda, la mejor forma de frenar la hemorragia es sentarse inclinado hacia delante y taparse las fosas nasales con los dedos, respirando por la boca. Una vez cortada la hemorragia, en las 24 horas siguientes hay que evitar hacer esfuerzos, no tomar fármacos con efecto anticoagulante o antiagregante como la aspirina y los sonados fuertes.



miércoles, 26 de agosto de 2020

6 razones médicas por las que no deberías cruzar las piernas.

 

6 razones médicas por las que no deberías cruzar las piernas.



Gestos tan cotidianos como cruzar las piernas mientras estamos sentados pueden generar una compresión vascular sobre las arterias del muslo, lo que impide un correcto funcionamiento sanguíneo y provoca adormecimiento. Esta es solo una de las posibles consecuencias, te contamos el resto

Desde hacer estallar granos (¡incluso en el triángulo de la muerte!!) hasta encorvarnos sobre nuestros escritorios, todos tenemos algunos patrones que sabemos que debemos romper, y muchos más a los que no prestamos atención. Por ejemplo, ¿sabes por qué deberías dejar de cruzar las piernas?

La mayoría de la gente no se lo piensa dos veces antes de pasar una pierna sobre la otra, es un acto mecánico, como tantos otros. Pero en realidad es un mal hábito que puede causarnos daños a largo plazo.

Diversos estudios han demostrado los perjuicios para la salud de estar sentado durante mucho tiempo en la misma posición (aumento de la presión arterial, niveles altos de azúcar en sangre, exceso de grasa corporal alrededor de la cintura y niveles anormales de colesterol), si además sueles ‘retorcerte’ en la silla y cruzar las piernas de distintas formas es bastante probable que con el tiempo la parte baja de la espalda se vea afectada, y esto dificulte el movimiento de la pelvis y las caderas, generando dolores y molestias musculares en distintas partes del cuerpo.


Aunque cruzar las piernas no es peligroso, siempre y cuando hagas descansos, permanecer en una postura fija durante horas y horas no es bueno para tu cuerpo. Además de tener un impacto sobre la región lumbar, el daño podría extrapolarse a otras zonas e incluso algunos órganos podrían llegar a resentirse.

1.- Entumecimiento y hormigueo

Permanecer mucho tiempo en esta postura añade presión al peroneo, el nervio posterior de la rodilla, y puede hacer que se duerma la pierna o el pie. Esto se conoce como ‘parálisis del nervio peroneo común’ (CPN, por su siglas en inglés), una lesión causada por esa presión externa -también puede estar inducida por ponerse en cuclillas-, y se manifiesta por la aparición del ‘pie caído’ o incapacidad para mantener el pie recto.

Al principio solo notarás calambres en las piernas o pequeños pinchazos, como cuando te clavas un alfiler o una aguja. Sin embargo, durante períodos prolongados de tiempo, la presión puede causar daño a los nervios en las extremidades debido a que la sangre no llega a todas las áreas. Y eso, a su vez, puede provocar dolor y falta de sensibilidad.

2.- Presión arterial alta

Al presionar los grandes vasos sanguíneos de las extremidades inferiores, la sangre fluye más lentamente. Esa desaceleración del flujo sanguíneo conduce, en última instancia, a un aumento temporal de la presión arterial: parte de su sistema circulatorio se corta, lo que significa que la sangre retrocede y presiona con más fuerza los otros vasos. En una persona sana no reviste importancia, pero puede causar daños graves y problemas cardíacos en alguien que ya tiene la presión arterial elevada.

3.- Trombosis

La trombosis venosa profunda es una afección en la que se forma un coágulo de sangre en el interior del músculo de una extremidad, a menudo en la parte inferior de la pierna. Es mucho más probable desarrollar esta condición dolorosa y peligrosa si eres sedentario durante largos períodos de tiempo, especialmente si tu flujo sanguíneo se ve restringido, por ejemplo, cruzando las piernas.

La sangre puede acumularse en un coágulo potencialmente mortal debido a la presión, particularmente en personas que ya tienen factores de riesgo como fumadores y mujeres embarazadas.

4.- Lumbalgia

Por otro lado, al cruzar las piernas el peso del cuerpo queda mal distribuido y esto hace que forcemos la columna, generando dolor de espalda. Pero cruzar las piernas es realmente malo para toda la columna vertebral porque ‘giras’ toda la pelvis hacia un lado, lo que dobla la columna en una posición antinatural.

El dolor que comienza en la parte baja de la espalda puede irradiarse hacia el cuello o hacia afuera, causando dolor ciático en piernas y brazos.

5.- Encorvamiento

Sentarse con las piernas cruzadas provoca un efecto dominó que se extiende por la espalda y el cuello. Cuando cruzas las piernas, haces una base más pequeña y menos estable para sentarte, porque estás apoyando tus nalgas de manera desigual. El cuerpo lo compensa encorvandose, tratando así de mantener el equilibrio. Con el tiempo, este hábito puede provocar una mala postura persistente y dificultad para enderezarse y mantenerse erguido

6.- Varicosis

El sedentarismo, junto a la herencia genética y la exposición a fuentes constantes de calor son factores de riesgo para las varices y la Insuficiencia Venosa Crónica.

Las arañas vasculares y las venas varicosas son venas azuladas abultadas y antiestéticas que se ven a través de la piel. Pueden ser dolorosas, pero son más un problema estético que médico. Sentarse o permanecer quieto en una posición durante muchas horas puede ejercer presión sobre los vasos sanguíneos hasta que comiencen a hincharse con el tiempo.

Lo mismo ocurre al cruzar las piernas, un gesto que ‘atrapa’ la sangre en la parte inferior de las piernas y crea presión. Si siempre cruzas las piernas de la misma manera, es posible que las notes primero en una pierna.

Por suerte, si te lo propones, podrás librarte de este mal hábito programando un temporizador que te avise para cambiar de postura cada cierto tiempo. Y si el trabajo te obliga a permanecer sentado, ten en cuenta que reducir el tiempo que muchas personas pasan sentadas solo a la mitad ya daría grandes beneficios", afirma el doctor Francisco López-Jiménez, responsable de Cardiología Preventiva de la Clínica Mayo. Hacer descansado, dar breves paseos por casa o la oficina y hacer algunas tareas de pie "o solo quema más calorías. La actividad muscular adicional que implica está vinculada a tasas más bajas de ataques cardíacos, derrames cerebrales y diabetes", concluye.

martes, 25 de agosto de 2020

COVID- 19 | Las secuelas que deja en los jóvenes.

 

COVID- 19 | Las secuelas que deja en los jóvenes.



El cantante cordobés Antonio José (ganador de ‘La Voz’ en 2015) es positivo tras sufrir fuertes mareos; no es un caso aislado. Adolescentes y adultos jóvenes están en el punto de mira al aumentar los contagios en estos segmentos de edad, especialmente de 15 a 29 años. Así ha evolucionado el Covid-19

De la fiebre, la tos y la dificultad para respirar al malestar general, la fatiga y la cefalea crónica. A medida que pasan las semanas, y los meses, vamos conociendo más detalles de los síntomas y secuelas de este nuevo coronavirus.

Tras cebarse con los ancianos, los jóvenes son el nuevo perfil del contagiado de coronavirus. Pero si antes eran sanos y asintomáticos, ahora cada vez hay más casos de afectados con sintomatología diversa. De hecho, ya durante marzo y abril asistimos a un goteo constante de positivos entre deportistas de élite, políticos, periodistas y artistas.



Los médicos no se cansan de decirlo: “Nadie está a salvo del virus, ni los jóvenes ni los deportistas”. Lo dicen aquellos que han estado en la primera línea de batallaque en los peores momentos de la pandemia atendieron a personas jóvenes de veintitantos, treinta, treinta y tantos, cuarenta... “y casi ninguno de ellos tenía patologías previas. Fue lo más sorprendente porque se decía que este virus sólo era grave para personas mayores con patologías previas y cuando vimos llegar a gente joven que tenía buena salud muchos nos acordábamos de nuestros hijos”, contaba en ABC la enfermera Lola González, supervisora de la UCI del hospital Virgen Macarena de Sevilla.

No se trata de rescatar todos los testimonios que ha habido ni de crear alarma, sino de hacer pública una realidad que en muchos casos ha sido silenciada e incluso ‘menospreciada’. Se dijo que los jóvenes eran inmunes, y no es así.

Riesgo bajo no significa que no haya riesgo

Al principio de la pandemia los síntomas más comunes fueron fiebre, tos, malestar general y dificultad para respirar. Y si durante los peores meses de la crisis sanitaria el perfil del paciente se situaba en torno a los 50 años o más, con una alta propensión a ser ingresado, ahora la edad media ha bajado bruscamente.

Así lo recogía un informe publicado por el Instituto de Salud Carlos III (ISCIII), que analiza la situación desde el 10 de mayo, de los cerca de 23.000 nuevos contagios que se han detectado en España desde esa fecha, el tramo de edad con mayor número de afectados se concentra entre los 15 y los 29 años (4.254 casos). Le sigue de cerca la población entre 40 y 49 años (3.903), y entre los 30 y 39 años (3.466).

Y es aunque una edad más temprana implica cuadros más leves porque los más jóvenes no suelen contar con patologías que puedan agravar su estado de salud, muchos han alertado en las redes sociales de que no ser una persona mayor no te exime de exponerte al virus y llaman a la cautela.

Es cierto que se ha lanzado el mensaje de que las personas jóvenes son menos vulnerables al virus, aunque también se han dado casos de gravedad entre ellos. Pero no se trata de mirar esta situación de una forma individual, sino como algo social, este virus es cosa de todos y los jóvenes juegan un papel muy importante”, dice Miguel Granados, cardiólogo infantil en el hospital 12 de octubre y uno de los artífices de la campaña  “Por mí, no te vas a contagiar”, protagonizado por varios actores de la compañía de teatro LaJoven.

El caso del cantante cordobés es de los últimos en hacerse público, pero no es el único. Villa, integrante del grupo colombiano Morat también ha dado positivo. Y muchos otros personajes e influencers como María Pombo, Madame de Rosa (Angela Rozas), Laura Matamoros y su hermano Diego, o Cristina Pedroche y su marido, el cocinero Dabiz Muñoz son un claro ejemplo. Ambos pasaron el coronavirus hace meses. Pedroche ni se enteró porque no tenía síntomas, mientras que el cocinero llegó a perder el gusto y el olfato durante 12 días, pero no tuvo ni fiebre ni tos. Algo parecido a lo que le sucedió a Tana Rivera, la hija de Fran Rivera y Eugenia Martínez de Irujo, que tuvo bastante malestar y también perdió el olfato. Desde entonces la joven se ha desmayado tres veces y los médicos no han dado aún con los motivos.

Cómo se manifiesta en gente joven

En adolescentes y jóvenes el virus puede dar la cara con sarpullidos y otras erupciones cutáneas, mareos o dolores de cabeza debilitantes. Los problemas gastrointestinales (poco apetito, fatiga, náuseas o vómitos) son otros síntomas que el Covid-19 produce en algunas personas. Es posible que estas dolencias solo duren un día o que se prolonguen y sean la antesala de los cuadros febriles y los problemas respiratorios.

Hay gente joven que lo supera rápido porque tiene defensas muy potentes, y esto provoca una respuesta tan exagerada al virus que el cuadro no es tan grave como en la gente mayor, pero los médicos dicen que en algunos casos hay que esperar semanas e incluso meses para ver las consecuencias reales.

Precisamente, un estudio publicado en el Journal of Adolescent Health, establece en un 33 por ciento para los chicos y un 30 por ciento para las chicas entre los 18 y 25 años la vulnerabilidad a sufrir un cuadro grave de la enfermedad, con riesgo de muerte. Además, en ese tercio de mayor riesgo caen predominantemente los jóvenes que fuman.

En concreto, la División de Medicina para el Adolescente y el Joven Adulto del UCSF Benioff Children's Hospitals de San Francisco, determinó la vulnerabilidad en base a los indicadores de referencia de los Centros de Control y Prevención de Enfermedades de EEUU (CDC). Estos incluyen los problemas cardiovasculares, la diabetes, las enfermedades autoinmunes -lupus, gota, artritis reumatoide, problemas de hígado, obesidad y el haber fumado en los 30 días anteriores al contagio. 

Otro trabajo ha asociado la Covid con la enfermedad tiroidea, incluso en jóvenes de 18 años según el caso descrito en The Journal of Clinical Endocrinology & Metabolism. A lo que se suman los posibles problemas renales y, en los niños, reacciones dermatológicas e inflamatorias que se han llegado a relacionar con el síndrome de Kawasaki.

El problema vendría después

Hay gente joven que pasa la enfermedad y al cabo de cuatro semanas siente “un cansancio muy importante, con dolores musculares, a veces con febrículas persistentes a lo largo de meses, y otras con alteraciones del sueño y del estado del ánimo”, explica el doctor Iván Moreno, portavoz de la Sociedad Española de Medicina Interna (SEMI) y adjunto en el Hospital Arnau de Vilanova, en Valencia.

Y hasta cuatro meses después "están que no se pueden incorporar todavía al trabajo porque sienten como si les hubiera pasado un tren por encima. Para colmo esta gente es joven, en gente de 30 años que está sana", añade el experto.

Desde la Sociedad Estadounidense de Microbiología, el doctor Anthony Fauci, uno de los principales expertos en enfermedades infecciosas de los Estados Unidos, señala en la CNN que: “En personas jóvenes y por lo demás sanas, que no requieren hospitalización pero que se enferman y tienen los síntomas suficientes como para permanecer en la cama durante una semana o dos o tres, y luego mejoran, eliminan el virus; pero hay síntomas residuales que permanecen semanas y a veces meses ”.

Es lo que se conoce como ‘síntomas persistentes’ y aunque en la mayoría suelen ser leves o moderados, el Dr. Moreno confirma que “las molestias musculares, el cansancio y el dolor son habituales, pero también la fibrosis pulmonar y la aparición de nueva patología son posibles secuelas de la Covid-19”.

De hecho, tras recuperarse, algunos afectados han contado que el virus ha seguido activo en su cuerpo causando síntomas totalmente nuevos y muy fuertes, palpitaciones en el corazón, ardor y dolor en el pecho, arcadas, inflamación de la garganta, diarrea, dolor abdominal y renal y dificultad para respir

lunes, 24 de agosto de 2020

Las 5 libertades que debes conquistar para vivir plenamente.

 

Las 5 libertades que debes conquistar para vivir plenamente.



Una persona sana y plena es, ante todo, una persona auténtica en la relación consigo misma y con los demás. El autoconocimiento es la brújula que nos indica el camino y la coherencia es la manera de recorrerlo. Sin ellos corremos el riesgo de perdernos e ir por la vida dando tumbos, lo cual aumenta la propensión a desarrollar desequilibrios emocionales que terminarán afectando nuestro bienestar y nos impedirán desarrollar al máximo nuestro potencial.

Identidades limitadas, vidas cercenadas


Virginia Satir, pionera de la terapia familiar, estaba convencida de que muchos de los problemas psicológicos se deben a las identidades limitadas. Una identidad limitada es aquella que no se ha explorado suficientemente y es capaz de expresarse con autenticidad.

Por desgracia, existen muchos factores que pueden limitar nuestro potencial. Los sistemas de creencias demasiado rígidos y las expectativas sociales sobre lo que debemos ser o cómo debemos comportarnos levantan muros a nuestro alrededor que nos impiden desarrollar completamente nuestro potencial.

Vivir pendientes de los juicios externos o compararse continuamente de los demás son otras maneras de limitar nuestra identidad. La búsqueda de la aprobación social puede llevarnos a perseguir objetivos ajenos, que no nos hacen felices. En el peor de los casos, nuestra identidad se diluirá a fuerza de esconder lo que sentimos o pensamos para intentar encajar.

¿El antídoto? Encontrar nuestra propia voz.

Satir pensaba que el camino hacia una vida más plena pasa por reconectar con nosotros mismos, hacer un profundo ejercicio de introspección que nos permita aceptar y reafirmar lo que pensamos y sentimos.

El segundo paso consiste en aprender a tomar decisiones honestas y coherentes, en el respeto hacia uno mismo y los demás, para asumir la responsabilidad que implica dar forma a nuestro futuro. Solo así podremos convertirnos en los verdaderos arquitectos de nuestra vida.

El crecimiento personal como camino de autodescubrimiento y liberación

Satir creía que, para construir la vida que deseamos y convertirnos en la persona que queremos ser, necesitamos reconquistar cinco libertadesEl objetivo es sencillo: dejar de mirar obsesivamente fuera y comenzar a mirar dentro para redescubrir nuestros recursos psicológicos, esos que nos ayudarán a levantarnos cuando caigamos y vivir de forma más plena y auténtica.

1. Libertad para ver y escuchar lo que te rodea, en vez de lo que “debería” ser, fue o será

Muchas personas dejan de prestar atención a lo que ocurre aquí y ahora para comenzar a vivir cada vez más en el pasado o el futuro. Así terminan arrastradas hasta las profundidades de su pasado, aplastadas bajo el peso de la culpa, o viviendo en un futuro de realidades ficticias marcado por la incertidumbre y la aprensión.

Para vivir plenamente, al contrario, necesitamos concentrarnos en el presente. De hecho, un estudio realizado en la Universitat Jaume I constató que la práctica del mindfulness nos hace más felices y productivos. También se relaciona con una identidad clara y comportamientos significativos y congruentes, como comprobaron investigadores australianos. Por tanto, solo debemos asegurarnos de aplicar este proverbio zen: “Cuando camines, camina. Cuando comas, come”.

2. Libertad para decir lo que sientes y piensas, en vez de lo que “deberías” sentir y pensar

La congruencia es un concepto fundamental en el enfoque de Satir para lograr el cambio personal que promueva el equilibrio y el bienestar. Si reprimimos continuamente lo que pensamos o sentimos por miedo a lo que pensarán los demás o para conseguir su aprobación, terminamos traicionándonos, perdiendo cada vez más el contacto con nuestros deseos, ideas y necesidades.

Satir era tajante al respecto: no debemos sentirnos culpables solo porque a otra persona no le guste lo que hacemos, decimos, pensamos o sentimos. Tenemos que recuperar la capacidad para comunicarnos de manera coherente y expresar nuestros deseos y necesidades abiertamente - siempre respetando a los demás, pero manteniéndonos fieles a nuestra esencia.

3. Libertad para sentir lo que sientes, en vez de lo que “deberías” sentir

Catalogar las emociones como positivas o negativas puede generar una auténtica discapacidad afectiva que nos haga sentir mal o incluso culpables cuando sentimos algo que, supuestamente, no deberíamos sentir. Satir se dio cuenta de ello y advirtió que era el camino más directo hacia los desequilibrios emocionales.

Para vivir de forma más plena necesitamos asumir que todas y cada una de nuestras emociones son válidas. Eso pasa por comprender los beneficios de las emociones negativas. Comprender, por ejemplo, que la tristeza promueve un pensamiento más atento, preciso y orientado a los detalles y que la ira nos motiva a alcanzar nuestros objetivos. Solo necesitamos aprender a gestionar esas emociones asertivamente, pero para ello, primero debemos darnos la libertad para experimentarlas.

4. Libertad para pedir lo que quieras, en vez de esperar siempre el permiso

Muchas personas no tienen el coraje suficiente para reclamar sus derechos o expresar sus deseos y necesidades. A veces incluso se sienten culpables y se relegan a un segundo plano, de manera que no es inusual que terminen cayendo en relaciones de dependencia emocional o manipulación que limitan enormemente su libertad personal.

Satir, al contrario, nos recuerda que tenemos derecho a no dejarnos engañar, manipular o tratar injustamente. Tenemos derecho a decir “no” cuando algo no nos gusta. A rechazar responsabilidades que no nos corresponden. A hacer notar a los demás que sus actitudes o comportamientos nos molestan o dañan. Y todo eso sin sentirnos culpables.

5. Libertad para asumir riesgos, en vez de elegir lo seguro y previsible

La zona de confort es un espacio donde todos nos sentimos seguros y cómodos. Pero no es el espacio donde se produce el crecimiento que nos permite explorar nuestras potencialidades. De hecho, a menudo se convierte en una “jaula de oro”. Solo podemos expandir nuestros límites y conocernos mejor cuando abandonamos esa sensación de seguridad y nos enfrentemos cara a cara con la incertidumbre.

Por eso, la última de las libertades que debemos darnos es la libertad para perseguir nuestros sueños y hacer realidad nuestros proyectos, incluso los más ambiciosos. Para ello, debemos estar dispuestos a correr riesgos y no elegir siempre el camino más seguro o el que han marcado los demás. Por supuesto, es probable que a lo largo de ese camino cometamos errores. Así que también debemos darnos el derecho a equivocarnos y prepararnos para asumir las consecuencias.

Ese camino de descubrimiento personal es uno de los más apasionantes que podemos emprender en nuestra vida. No será fácil. Como escribiera Satir, “sé que tengo aspectos que me desconciertan y otros que desconozco. Pero mientras me estime y me quiera, puedo buscar con valor y optimismo soluciones para las incógnitas e ir descubriéndome cada vez más”.