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lunes, 18 de mayo de 2015

Después del ejercicio, ¿una barrita? Mejor una pizza...

Después del ejercicio, ¿una barrita? Mejor una pizza...


Parael moderno o moderna ‘runner’ hay todo un mundo de complementos más allá de las zapatillas, las mallas y la camiseta, que parecen lo más importante, pero no son lo único. En efecto, todos hemos visto esos complejos ‘gadgets’ que permiten escuchar nuestros temazos favoritos sin que nos tiemble el auricular en la oreja, riñoneras con capacidad para llevar cualquier objeto que nos plazca o sofisticados aparatejos digitales que nos dicen cómo vamos de pulsaciones. Un lugar de excepción lo ocupan los alimentos específicos para recuperarse de los nutrientes perdidos durante las carreras… ahí sí que hay todo un mundo y no paran de surgir nuevos complementos que nos prometen el oro y el moro… 

Ahora, un estudio publicado en el International Journal of Sport Nutrition and Exercise (que de esto algo saben) desvela algo que no nos imaginábamos: que la comida rápida en todas sus variantes puede ayudarnos a recobrar todo lo perdido en el ejercicio de forma tan eficiente como las barritas energéticas o las bebidas isotópicas.
En el estudio, desarrollado por investigadores de la Universidad de Montana, 11 atletas aficionados, -todos hombres para que los resultados fueran lo más homogéneos posibles-, llevaron a cabo un programa de 90 minutos de ejercicio subidos encima de una bicicleta estática. A esa actividad le siguió un periodo de cuatro horas de descanso en el que la mitad ingirió comida rápida (hamburguesas, patatas fritas, coca cola), mientras que la otra mitad recuperó lo perdido con suplementos deportivos (bebidas energéticas o barritas milagrosas, entre otros). En ambos casos, se intentó que las dos opciones tuvieran los mismos nutrientes y que la comida rápida no aportara más grasas ni hidratos… Tras este descanso, completaron 20 kilómetros sobre la bici, nada más y nada menos. Cada sujeto realizó dos veces la actividad con una semana de por medio.

El resultado, a la hora de comparar los resultados, fue que no hubo diferencias significativas entre aquellos que ingirieron comida rápida y los que tomaron suplementos alimenticios. Ambos grupos mostraron los mismos niveles de azúcar en sangre, tasas de recuperación de glucógeno muscular (un indicador de lo rápido o no que nos recuperamos de la fatiga provocada por el ejercicio intenso) muy similares e incluso marcadores físicos de lo más parecidos.
Los investigadores quieren recalcar que no se trata de comer más hamburguesas ni de hincarse una pizza nada más salir del gimnasio. El objetivo del estudio no es impulsar el consumo de comida rápida, sino poner de manifiesto lo limitado de  las supuestas propiedades milagrosas de las barrigas energéticas. Aunque muchos puedan pensar que son la panacea, este experimento demuestra que para recuperar, lo que se dice recuperar, tan buenos son unos ali

viernes, 15 de mayo de 2015

Los efectos del microondas en la salud

Los efectos del microondas en la salud


En los años 40, Percy Spenser, un empleado de la Raytheon Company, compañía estadounidense del sector de la defensa, durante un experimento con las microondas, se dio cuenta por casualidad de que la barrita de chocolate que llevaba en el bolsillo se derretía al estar expuesta a las ondas.

Un par de años más tarde, en 1946, la Raytheon patentó el proceso de cocción con microondas y en 1947, la empresa construyó el primer horno microondas, bastante diferente a los que hoy tenemos en nuestras cocinas, tan manejables y de diseño.
¿Cómo funciona un horno microondas?
El horno microondas es un electrodoméstico que utiliza la acción de las microondas para cocinar la comida rápidamente. La parte principal del horno microondas es el magnetrón de cavidad resonante, un dispositivo que genera ondas electromagnéticas.
La frecuencia de las radiaciones generadas por los hornos microondas provoca una energía estática que hace que las moleculares de agua, lípidos y carbohidratos presentes en la comida se pongan en movimiento. Esta reacción genera calor y esto hace que se caliente la comida.
El microondas y los efectos sobre la salud
Durante los años en los que se empezaban a difundir los primeros hornos microondas en las cocinas españolas, en Rusia se descubría que este pequeño electrodoméstico tenía efectos perjudiciales para la salud, y en 1976 el Estado llegó incluso a prohibirlos dentro de sus fronteras.

Las ondas electromagnéticas generadas por los primeros modelos parecían capaces de dañar la estructura molecular de los alimentos. Alimentos como la carne, la leche y las verduras podían originar sustancias cancerígenas o perder parte de sus propiedades nutricionales, sobre todo las vitaminas.

La posibilidad de que el calentamiento en el microondas pudiese favorecer el desarrollo de tumores malignos en el estómago generó un gran alarmismo.
Desde entonces, la tecnología ha hecho grandes progresos, y tanto es así que, durante los primeros años de la década de los 90, Rusia también revocó la prohibición de venderlos. Hoy en día, a falta de fuentes que certifiquen su peligrosidad, el uso del horno microondas se considera algo seguro.

Además, estudios recientes han demostrado que únicamente una exposición prolongada y continuada a las ondas electromagnéticas puede tener efectos cancerígenos. Esto no sucede con los hornos microondas, ya que las fugas de radiación son muy bajas y los dispositivos de seguridad han sido sometidos a controles en condiciones críticas que garantizan el correcto funcionamiento del microondas excluyendo el peligro de fugas de ondas peligrosas para la salud. Lee el artículo: Leyendas y verdades sobre el cáncer.
¿Cuándo es un enemigo el microondas?
Para descongelar (sin cocer), calentar la comida, o cocinar verduras preservando sus propiedades nutricionales, el microondas parecería la solución ideal. Según algunos estudios, conseguiría, por ejemplo, preservar un 75% más de Vitamina C en los alimentos con respecto a las técnicas de cocción tradicionales.
Sin embargo, el microondas esconde algunos peligros ocultos para los consumidores, como cuando un alimento se calienta durante un tiempo demasiado breve o excesivamente prolongado, o cuando la cocción no es uniforme. Una cocción incompleta de la comida, puede favorecer la contaminación bacteriana, causante de enfermedades de transmisión alimentaria.
Los líquidos y alimentos con cáscara calentados o cocinados en el microondas pueden ser otro problema, ya que en ambos casos se trata de alimentos que pueden alcanzar temperaturas superiores al punto normal de ebullición o sufrir una subida de presión.

Este sobrecalentamiento también podría provocar que exploten. Por ejemplo, un vaso de cristal lleno de leche que ha sido calentado demasiado tiempo, puede explotar cuando se coge en la mano para sacarlo del microondas.
Si se meten huevos enteros a cocer, estos pueden llegar a explotar, provocando quemaduras y lesiones en la cara y en los ojos.

Los alimentos con una envoltura externa como tomates, patatas o salchichas, pueden hincharse hasta explotar no solo dentro del horno, sino también fuera de este. Para una mayor seguridad, se recomienda quitarles la piel o pincharlos con el tenedor antes de meterlos en el microondas.
Tampoco se deben meter en el microondas comidas ricas en grasas, como por ejemplo recetas que contengan bechamel, manteca, nata, o panceta. Las grasas se descomponen en el microondas produciendo peróxidos (escorias tóxicas derivadas del proceso de oxidación) en mayor cantidad que la provocada con los métodos de cocción tradicional.
El decálogo para un uso correcto del microondas
1 – Sigue las instrucciones de uso que podrás encontrar dentro de la caja en el momento de la compra del electrodoméstico. 
2 – No enciendas el horno microondas sin nada dentro, podría estropearse para siempre.
3 – Controla el estado de desgaste del microondas. Un abuso o la acumulación de polvo puede reducir la eficacia de las juntas y causar una pequeña fuga de microondas. Sustituye las juntas si están defectuosas y mantenlo siempre limpio.
4 – En caso de avería o daño, no intentes arreglarlo por ti mismo. Las reparaciones las debe realizar un técnico competente y cualificado.
5 – No utilices el horno microondas si la puerta no se cierra correctamente. No desactives o pases por alto los dispositivos de bloqueo y de seguridad.
6 – No todos los alimentos se pueden cocinar en el horno microondas.
7 – Respeta siempre los tiempos de cocción y recuerda: una pequeña cantidad de alimentos poco húmedos, como el pan, se puede incendiar si se mantiene mucho tiempo en el microondas.
8 – Utiliza un guante para horno antes de extraer los recipientes usados para la cocción en el microondas, teniendo cuidado con las posibles salpicaduras.
9 – Antes de servir la comida cocinada o las bebidas calentadas en el microondas, espera entre 10 y 30 segundos, sobre todo si el alimento es para un niño. 
10 – No introduzcas en el microondas recipientes metálicos o con acabados en metal, como las prácticas bandejitas de usar y tirar. Usa los recipientes de cristal o cerámica, permeables a las ondas, o aquellos creados especialmente para calentar o cocinar las comidas en el horno microondas.


martes, 12 de mayo de 2015

¿Te cuesta respirar? Pistas para descartar problemas de pulmón

¿Te cuesta respirar? Pistas para descartar problemas de pulmón



El 5 de Mayo es el Día Mundial de la Hipertención Pulmonar, al ser la fecha en que falleció en España el primer niño diagnosticado de esta enfermedad como consecuencia del síndrome tóxico causado por el aceite de colza, hace más de treinta años.


Recuerda que debes ir a las revisiones anuales para detectar anomalías.
La hipertensión arterial pulmonar (HAP) es un trastorno crónico y potencialmente mortal que se caracteriza por una presión arterial anormalmente elevada en las arterias entre el corazón y los pulmones.
En condiciones normales, el lado derecho del corazón bombea sangre a través de los pulmones, donde recoge oxígeno. Luego, la sangre retorna al lado izquierdo del corazón, de donde se bombea hacia el resto del cuerpo.
Cuando las pequeñas arterias (vasos sanguíneos) de los pulmones se estrechan, no pueden transportar mucha sangre. Cuando esto sucede, la presión se acumula, y esto hace que el lado derecho del corazón se esfuerce más de lo normal. Esto se conoce como hipertensión pulmonar.
Los síntomas pueden variar desde una leve dificultad para respirar y fatiga durante la actividad cotidiana normal hasta insuficiencia cardíaca derecha y limitaciones graves en la capacidad de esfuerzo y finalmente una esperanza de vida reducida.
La dificultad para respirar o el mareo leve durante la actividad es el primer síntoma. Incluso es probable que surjan palpitaciones o frecuencia cardíaca rápida. 
Además de la asfixia, dificultad para respirar o incapacidad para tomar o tragar aire al caminar o subir las escaleras, existen otras señales de alarma:
- Hinchazón de piernas y tobillos.
- Coloración azulada de los labios o la piel.
- Presión o dolor de tórax, generalmente en la parte frontal del pecho

- Episodios de vértigo o desmayos.
- Fatiga.

- Aumento del tamaño del abdomen.
-Debilidad.


Fumar disminuye la capacidad pulmonar y provoca cáncer.
[Relacionado: Aprender a respirar]
A lo mejor no has notado nada pero si no puedes hacer ejercicio porque te ahogas, al respirar hay sibilancias (silbidos o pitos) o cuando estás durmiendo roncas muy fuerte, más vale tomar medidas antes de que vaya a más. 
Los expertos advierten de que la hipertensión pulmonar es inicialmente reversible si se corrige al principio, pero si se deja evolucionar, no tiene otro tratamiento más que el trasplante cardiopulmonar

jueves, 7 de mayo de 2015

Plantas medicinales: propiedades curativas

Plantas medicinales: propiedades curativas


Planta medicinal: una definición que ha variado con el tiempo…
Una de las cuestiones más debatidas sobre las plantas medicinales ha sido su consideración o no como medicamentos, así como sus canales de distribución.
Está claro que la planta medicinal tiene, en muchas ocasiones, un fin terapéutico, y por tanto, debería ser considerada como medicamento. No obstante, también es cierto que en ocasiones podría emplearse únicamente como alimento, con el fin de suplementar la dieta, o simplemente con fines fruitivos.
En los últimos años, en España y en Europa, ha surgido nueva legislación acerca de este tema, que ha intentado regular el mercado fitoterapéutico.
Actualmente nos podemos encontrar que una misma planta medicinal, considerada como especie botánica, puede aparecer en el mercado en forma de medicamento o en forma de producto no medicamentoso de venta libre, lo cuál ha generado una gran confusión al consumidor final, e incluso al propio profesional sanitario.
La cuestión de las plantas medicinales está regulada en la Ley 2009/2006, de 26 de julio, de Garantías y Uso Racional de los Medicamentos y Productos Sanitarios, concretamente en su artículo 51 (Medicamentos de plantas medicinales), que establece lo siguiente:
Artículo 51. Medicamentos de plantas medicinales.
1. Las plantas y sus mezclas, así como los preparados obtenidos de plantas en forma de extractos, liofilizados, destilados, tinturas, cocimientos o cualquier otra preparación galénica que se presente con utilidad terapéutica, diagnóstica o preventiva seguirán el régimen de las fórmulas magistrales, preparados oficinales o medicamentos industriales, según proceda y con las especificidades que reglamentariamente se establezcan.
2. El Ministerio de Sanidad y Consumo establecerá una lista de plantas cuya venta al público estará restringida o prohibida por razón de su toxicidad.
3. Podrán venderse libremente al público las plantas tradicionalmente consideradas como medicinales y que se ofrezcan sin referencia a propiedades terapéuticas, diagnósticas o preventivas, quedando prohibida su venta ambulante.
Esta definición se ha ido precisando con el tiempo:
La definición de la farmacopea europea, más reciente, es más precisa puesto que define las plantas medicinales como “los medicamentos a base de plantas que pueden utilizarse enteros o en forma de una parte de la planta y que poseen propiedades médicas”.
Además, esta definición admite que las plantas medicinales también pueden tener usos higiénicos, alimentarios y de condimento.
Planta medicinal y fitoterapia
La Organización Mundial de la Salud (OMS) no ofrece una definición precisa de planta medicinal, sino más bien la definición de medicamento herbario, clasificando el uso de plantas medicinales o medicamentos a base de plantas entre los medicamentos y formas de medicamentos tradicionales. De este modo, para el organismo internacional, los medicamentos herbarios incluyen “hierbas, material herbario, preparaciones herbarias y productos herbarios acabados, que contienen como principios activos partes de plantas, u otros materiales vegetales, o combinaciones de esos elementos”. Esta definición es similar a la que ofrecen las autoridades sanitarias europeas.
De este modo, la Farmacopea Europea define el medicamento a base de plantas como “cualquier medicamento que contenga exclusivamente como sustancias activas una o varias sustancias vegetales, o una o varias sustancias vegetales en combinación con uno o varios preparados vegetales”.
Estas dos definiciones van en el sentido de la etimología de la palabra fitoterapia, que proviene de dos raíces griegas antiguas “phyton” (vegetal) y “therapeia” (cura, terapia) que, combinadas, significan la terapia mediante el vegetal o las plantas.
Los principios activos de las plantas medicinales
Los efectos beneficiosos de las plantas para la salud se deben al hecho de que contienen unas sustancias denominadas principios activos, responsables de sus efectos terapéuticos. Existen numerosos principios activos conocidos y descritos en las monografías, pero no están todos, ni mucho menos.
Cuando se conocen los principios activos, lo deseable es normalizar sus dosis mediante métodos validados, como se ha hecho con los medicamentos a base de plantas. Esto permite obtener el máximo de beneficios terapéuticos con el mínimo de riesgos, sabiendo que, aunque muchas plantas no producen efectos secundarios cuando se utilizan en dosis conocidas y normalizadas, algunas tienen efectos tóxicos que pueden ser graves, incluso a dosis bajas.
Estas constataciones subrayan una vez más la importancia del conocimiento de las plantas medicinales y el papel de las monografías en cuanto al uso de sustancias medicinales de origen vegetal en el momento oportuno.
La actividad terapéutica de las plantas medicinales
En lo relativo a la actividad terapéutica, la Organización Mundial de la Salud (OMS) la define como la acción o conjunto de efectos que comportan la “prevención, el diagnóstico y el tratamiento satisfactorios de enfermedades físicas y mentales, el alivio de los síntomas de las enfermedades y la modificación o regulación beneficiosa del estado físico y mental del organismo”. Por tanto, las actividades terapéuticas potenciales de las plantas medicinales son múltiples.
Muchas plantas medicinales poseen diversas actividades terapéuticas dado que a menudo contienen diversos principios activos cuyos efectos resultan adicionales y/o complementarios. Asimismo, este fenómeno explica que, en fitoterapia, diversas plantas o extractos de plantas se utilizan frecuentemente combinados para obtener un efecto óptimo.

Dr. J. Cardenas