¿Por qué nos mareamos más en
el asiento trasero del coche?
Un desajuste en el equilibrio produce mareos cuando
viajamos atrás. Conviene estar atento al movimiento del coche para evitar esta
desagradable situación.
El mareo por movimiento que
se produce cuando viajamos en coche, tren, avión o
barco –cinetosis o mal de movimiento, según la terminología científica– es
causado por un desajuste entre los sistemas visual y vestibular,
relacionado este último con el equilibrio y
el control espacial. En esencia, el sistema nervioso central recibe
mensajes contradictorios de los receptores relacionados con el
equilibrio corporal: el oído interno,
los ojos y los músculos y las articulaciones de la espalda y las piernas.
Los principales síntomas son vómitos,
náuseas y falta de equilibrio producidos por la aceleración y
desaceleración del vehículo. En un coche, el oído interno detecta que nos
desplazamos, pero si no recibimos información visual de que nos estamos
desplazando –por ejemplo, cuando viajamos en el asiento de atrás y
solo vemos el interior del vehículo o si vamos mirando una pantalla o leyendo–,
las probabilidades de sentirnos fatal son grandes. Y el riesgo aumenta si hay
mala ventilación, humos, factores emocionales como el miedo o la ansiedad, o
incluso si heredas de tus progenitores los genes que predisponen al mareo, como
descubrió el equipo de la genetista Bethann Hromatka, de la Universidad de
California en San Francisco.
Sentarse más erguido para mantener el
eje de visión con un ángulo de 45 grados por encima del horizonte reduce las
posibilidades de marearse. En un barco, por
ejemplo, para algunas personas es útil evitar fijar la vista sobre las olas u
otros objetos en movimiento. Es importante que el camarote esté bien ventilado
y salir a la cubierta de vez en cuando para respirar aire fresco.
El exceso de alcohol o haber comido mucho antes del viaje o durante el mismo
aumenta la probabilidad de sufrir cinetosis o mareo del movimiento. Es
preferible beber cantidades pequeñas de líquidos y comidas ligeras con
frecuencia durante un viaje prolongado, aunque si se trata de un viaje corto en
avión es mejor evitar los líquidos y sólidos y especialmente las bebidas
alcohólicas y las que contienen gases. En coche, también funciona la
posibilidad de disminuir los síntomas si se fija la mirada en un objeto que no
esté en movimiento. A otras personas les funciona cerrar los ojos durante el
viaje e intentar relajarse o dormirse.
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