Después del ejercicio, ¿una barrita? Mejor una
pizza...
Parael moderno o moderna
‘runner’ hay todo un mundo de complementos más allá de las zapatillas, las
mallas y la camiseta, que parecen lo más importante, pero no son lo único. En
efecto, todos hemos visto esos complejos ‘gadgets’ que permiten escuchar
nuestros temazos favoritos sin que nos tiemble el auricular en la oreja,
riñoneras con capacidad para llevar cualquier objeto que nos plazca o sofisticados
aparatejos digitales que nos dicen cómo vamos de pulsaciones. Un lugar de
excepción lo ocupan los alimentos específicos para recuperarse de los
nutrientes perdidos durante las carreras… ahí sí que hay todo un mundo y no
paran de surgir nuevos complementos que nos prometen el oro y el moro…
Ahora, un estudio publicado en
el International Journal of Sport Nutrition and Exercise (que
de esto algo saben) desvela algo que no nos imaginábamos: que la comida
rápida en todas sus variantes puede ayudarnos a recobrar todo lo perdido en el
ejercicio de forma tan eficiente como las barritas energéticas o las
bebidas isotópicas.
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food’, tras los suspensos en el cole
En el estudio, desarrollado
por investigadores de la Universidad de Montana, 11 atletas aficionados, -todos
hombres para que los resultados fueran lo más homogéneos posibles-, llevaron a
cabo un programa de 90 minutos de ejercicio subidos encima de una bicicleta
estática. A esa actividad le siguió un periodo de cuatro horas de descanso
en el que la mitad ingirió comida rápida (hamburguesas, patatas fritas, coca
cola), mientras que la otra mitad recuperó lo perdido con suplementos
deportivos (bebidas energéticas o barritas milagrosas, entre otros). En ambos
casos, se intentó que las dos opciones tuvieran los mismos nutrientes y que la
comida rápida no aportara más grasas ni hidratos… Tras este descanso,
completaron 20 kilómetros sobre la bici, nada más y nada menos. Cada
sujeto realizó dos veces la actividad con una semana de por medio.
El resultado, a la hora de
comparar los resultados, fue que no hubo diferencias significativas entre
aquellos que ingirieron comida rápida y los que tomaron suplementos
alimenticios. Ambos grupos mostraron los mismos niveles de azúcar en
sangre, tasas de recuperación de glucógeno muscular (un indicador de lo rápido
o no que nos recuperamos de la fatiga provocada por el ejercicio intenso) muy similares
e incluso marcadores físicos de lo más parecidos.
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Los investigadores
quieren recalcar que no se trata de comer más hamburguesas ni de hincarse una
pizza nada más salir del gimnasio. El objetivo del estudio no es impulsar el
consumo de comida rápida, sino poner de manifiesto lo limitado de las
supuestas propiedades milagrosas de las barrigas energéticas. Aunque muchos
puedan pensar que son la panacea, este experimento demuestra que para
recuperar, lo que se dice recuperar, tan buenos son unos ali
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