Plantas medicinales: propiedades curativas
Planta medicinal: una
definición que ha variado con el tiempo…
Una de las cuestiones más
debatidas sobre las plantas medicinales ha sido su consideración o no como
medicamentos, así como sus canales de distribución.
Está claro que la planta
medicinal tiene, en muchas ocasiones, un fin terapéutico, y por tanto, debería
ser considerada como medicamento. No obstante, también es cierto que en
ocasiones podría emplearse únicamente como alimento, con el fin de suplementar
la dieta, o simplemente con fines fruitivos.
En los últimos años, en
España y en Europa, ha surgido nueva legislación acerca de este tema, que ha
intentado regular el mercado fitoterapéutico.
Actualmente nos podemos
encontrar que una misma planta medicinal, considerada como especie botánica,
puede aparecer en el mercado en forma de medicamento o en forma de producto no
medicamentoso de venta libre, lo cuál ha generado una gran confusión al
consumidor final, e incluso al propio profesional sanitario.
La cuestión de las plantas
medicinales está regulada en la Ley 2009/2006, de 26 de julio, de Garantías
y Uso Racional de los Medicamentos y Productos Sanitarios, concretamente en
su artículo 51 (Medicamentos de plantas medicinales), que establece lo
siguiente:
Artículo 51. Medicamentos de
plantas medicinales.
1. Las plantas y sus
mezclas, así como los preparados obtenidos de plantas en forma de extractos,
liofilizados, destilados, tinturas, cocimientos o cualquier otra preparación
galénica que se presente con utilidad terapéutica, diagnóstica o preventiva
seguirán el régimen de las fórmulas magistrales, preparados oficinales o
medicamentos industriales, según proceda y con las especificidades que
reglamentariamente se establezcan.
2. El Ministerio de Sanidad
y Consumo establecerá una lista de plantas cuya venta al público estará
restringida o prohibida por razón de su toxicidad.
3. Podrán venderse
libremente al público las plantas tradicionalmente consideradas como
medicinales y que se ofrezcan sin referencia a propiedades terapéuticas,
diagnósticas o preventivas, quedando prohibida su venta ambulante.
Esta definición se ha ido
precisando con el tiempo:
La definición de la
farmacopea europea, más reciente, es más precisa puesto que define las plantas
medicinales como “los medicamentos a base de plantas que pueden utilizarse
enteros o en forma de una parte de la planta y que poseen propiedades médicas”.
Además, esta definición
admite que las plantas medicinales también pueden tener usos higiénicos,
alimentarios y de condimento.
Planta medicinal y
fitoterapia
La Organización Mundial de
la Salud (OMS) no ofrece una definición precisa de planta medicinal, sino más
bien la definición de medicamento herbario, clasificando el uso de plantas
medicinales o medicamentos a base de plantas entre los medicamentos y formas de
medicamentos tradicionales. De este modo, para el organismo internacional, los
medicamentos herbarios incluyen “hierbas, material herbario, preparaciones
herbarias y productos herbarios acabados, que contienen como principios activos
partes de plantas, u otros materiales vegetales, o combinaciones de esos
elementos”. Esta definición es similar a la que ofrecen las autoridades
sanitarias europeas.
De este modo, la Farmacopea
Europea define el medicamento a base de plantas como “cualquier medicamento que
contenga exclusivamente como sustancias activas una o varias sustancias
vegetales, o una o varias sustancias vegetales en combinación con uno o varios
preparados vegetales”.
Estas dos definiciones van
en el sentido de la etimología de la palabra fitoterapia, que proviene de dos
raíces griegas antiguas “phyton” (vegetal) y “therapeia” (cura, terapia) que,
combinadas, significan la terapia mediante el vegetal o las plantas.
Los principios activos de
las plantas medicinales
Los efectos beneficiosos de
las plantas para la salud se deben al hecho de que contienen unas sustancias
denominadas principios activos, responsables de sus efectos terapéuticos.
Existen numerosos principios activos conocidos y descritos en las monografías,
pero no están todos, ni mucho menos.
Cuando se conocen los
principios activos, lo deseable es normalizar sus dosis mediante métodos
validados, como se ha hecho con los medicamentos a base de plantas. Esto
permite obtener el máximo de beneficios terapéuticos con el mínimo de riesgos,
sabiendo que, aunque muchas plantas no producen efectos secundarios cuando se
utilizan en dosis conocidas y normalizadas, algunas tienen efectos tóxicos que
pueden ser graves, incluso a dosis bajas.
Estas constataciones
subrayan una vez más la importancia del conocimiento de las plantas medicinales
y el papel de las monografías en cuanto al uso de sustancias medicinales de
origen vegetal en el momento oportuno.
La actividad terapéutica de
las plantas medicinales
En lo relativo a la
actividad terapéutica, la Organización Mundial de la Salud (OMS) la define como
la acción o conjunto de efectos que comportan la “prevención, el diagnóstico y
el tratamiento satisfactorios de enfermedades físicas y mentales, el alivio de
los síntomas de las enfermedades y la modificación o regulación beneficiosa del
estado físico y mental del organismo”. Por tanto, las actividades terapéuticas
potenciales de las plantas medicinales son múltiples.
Muchas plantas medicinales
poseen diversas actividades terapéuticas dado que a menudo contienen diversos
principios activos cuyos efectos resultan adicionales y/o complementarios.
Asimismo, este fenómeno explica que, en fitoterapia, diversas plantas o
extractos de plantas se utilizan frecuentemente combinados para obtener un
efecto óptimo.
Dr. J. Cardenas
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