Epistaxis: cuándo preocuparse si te sangra la nariz.
Sufrir una hemorragia nasal no tiene por qué ser un motivo de preocupación, siempre que consigas frenar el sangrado (esta es la manera correcta) y que no se repita con frecuencia. De lo contrario, estas podrían ser las posibles causas
Si es repetitiva y va acompañada de otros síntomas, la hemorragia nasal o epistaxis podría ser una señal de alarma. Pero lo normal es que la epistaxis sea benigna y se deba a causas comunes como los resfriados y las alergias (rinitis), que pueden producir inflamación y picor, lo que hace que nos rasquemos y dañemos la mucosa nasal.
La presencia de una desviación en el tabique nasal, los cambios bruscos de altura o los cambios hormonales que suceden durante el embarazo también pueden favorecer la presencia de epistaxis.
“La sangre procede de los vasos sanguíneos que irrigan el recubrimiento interno de la nariz (mucosa nasal), que se extiende unos 11 centímetros desde los orificios externos o narinas hacia atrás, hasta cerca de la altura de las orejas”, nos explican desde la Sociedad Española de Otorrinolaringología (SEORL). Puede salir por una o por las dos fosas, y suele durar de unos segundos a unos diez minutos.
Aunque las hemorragias pueden afectar a cualquier persona, es más común que ocurra en niños de entre 2 y 10 años (a los que pueden sangrarles la nariz incluso cuando están dormidos) y en adultos de entre 50 y 80 años.
Por tocarse en exceso
Esta es la razón principal por las que solemos sangrar por la nariz. El clima también tiene mucho que ver, ya que tal y como apuntan desde el Colegio de Farmacéuticos de Barcelona, “vivir en ambientes muy secos y calientes puede hacer que las membranas nasales se resequen provocando grietas que sangran”.
Por otro lado, muy pocas personas se dan cuenta de que podemos producirnos lesiones en la nariz por gestos tan cotidianos como la depilación. Por ejemplo, al arrancarnos enérgicamente los pelos del interior de la nariz, e incluso por los estornudos demasiado sonoros.
Asimismo, el sangrado puede aparecer tras haber estados expuestos a componentes químicos o humos que irritan la mucosa nasal. Todas estas situaciones se consideran normales y no deben preocuparnos.
Sin embargo, cuando los sangrados se presentan en la edad adulta de manera constante podría deberse a motivos más serios como la tensión arterial muy elevada, la toma de medicamentos anticoagulantes (‘Sintrom’, aspirina...), el abuso de drogas o la existencia de tumores u otras enfermedades poco habituales.
Cómo actuar
Para detener el sangrado se aconseja apretar suavemente las alas de la nariz para cerrar las fosas nasales, inclinarse hacia adelante para no tragarse la sangre y respirar por la boca. No se aconseja realizar tapones y otro tipo de manipulaciones.
Al
cabo de 10 minutos hay que comprobar si se ha detenido la hemorragia.
Cuando los sangrados son frecuentes y difíciles de parar, conviene
acudir al médico. Si es muy abundante, el sangrado se puede
tratar con una cauterización, aunque antes es necesario localizar e
identificar el origen y el punto por el que se está produciendo la
hemorragia.
Acude a urgencias si...
La hemorragia no cesa en 15-20 minutos y va acompañada de dolor de cabeza intenso, mareos, vértigo, pequeñas manchas blancas en el cuerpo, erupciones, etc.
En vez de salir por la nariz, tenemos la sensación de que la sangre drena hacia la garganta, por la laringe, o si se sospecha lesión en cuello o cabeza.
Si ha ocurrido después de una caída, un golpe fuerte o por la presencia de un cuerpo extraño.
Estas hemorragias pueden ser peligrosas, y son comunes tras una lesión, o en ocasiones está causado por una presión alta, desórdenes nasales, arterioesclerosis…
Aunque toda la mucosa nasal puede sangrar, la que sangra más frecuentemente es la parte anterior del tabique nasal (área de Kiesselbach) y en este caso la hemorragia suele ser leve y de escasa gravedad.
"Cuando la epistaxis procede de la parte posterior de la nariz (arteria esfenopalatina), la hemorragia es severa y puede ser grave. La sangre fluye tanto por la nariz como por la boca en cuanto se inclina la cabeza hacia atrás", aclara la SEORL.
En estos casos podría ser la manifestación de una enfermedad grave: leucemia, tumor maligno o benigno de fosas nasales, enfermedad hepática o hipertensión arterial.
Lo que no hay hacer
Ponerse nerviosos, rascarse o frotarse la nariz y hacer esfuerzos para levantarse empeorará la situación. Sobre todo, debe evitarse inclinar la cabeza hacia atrás o acostarse, ambos gestos hacen que traguemos la sangre, lo que puede acabar produciendo sensación de ahogo e irritar la mucosa digestiva.Y además, impiden conocer si estamos o no sangrando. Mantener la calma es fundamental, evita que aumente la tensión arterial que nos haría sangrar más
Trucos que funcionan
Ponerse un cubito de hielo protegido con un paño en la nuca o masticar hielo puede contribuir a parar la hemorragia ya que se produce una constricción refleja de los vasos sanguíneos.
Mantener un ambiente fresco en casa también puede ayudar en caso de ser propenso al sangrado nasal. En estos casos se aconseja el uso de un spray salino para humedecer el interior de la nariz, y de un vaporizador para aumentar la humedad del aire que se respira. Además, conviene ser especialmente cuidadosos con la hidratación (oral y nasal) para mantener las mucosas nasales en buen estado y evitar lesiones.
¿Se puede prevenir la epistaxis?
La mejor forma para prevenir las hemorragias nasales es evitando los factores de riesgo:
Clima muy seco
El aire seco en ambientes con calefacción
Angiomas en los vasos sanguíneos
La nariz tiene una irregularidad o una deformidad
El paciente está resfriado o tiene sinusitis
En caso de sarcoidosis o presión arterial alta
Toma medicamentos anticoagulantes o consume cocaína
Y recuerda, la mejor forma de frenar la hemorragia es sentarse inclinado hacia delante y taparse las fosas nasales con los dedos, respirando por la boca. Una vez cortada la hemorragia, en las 24 horas siguientes hay que evitar hacer esfuerzos, no tomar fármacos con efecto anticoagulante o antiagregante como la aspirina y los sonados fuertes.