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lunes, 16 de marzo de 2015

¿Por qué siempre te pones enfermo en vacaciones (o fin de semana)?

¿Por qué siempre te pones enfermo en vacaciones (o fin de semana)?



El trabajo y el ritmo diario suele mantenernos ocupados y alerta. Sabemos (y el organismo también) que no podemos permitirnos el lujo de caer enfermos. Y vamos tirando como podemos, hasta que llegan las vacaciones.


El dolor muscular es uno de los síntomas principales de la enfermedad el ocio.
Entonces, de pronto, algunas personas empiezan a encontrarse mal. Les duele la cabeza, tienen náuseas, dolores musculares, e incluso infecciones comunes como resfriados y gripe. ¿Qué diablos pasa?
Es como si las hormonas del estrés te ayudaran a cumplir con las fechas límite en el trabajo, pero después se descompensaran dejándote expuesto a las infecciones.
Un psicólogo holandés ha hallado las respuesta: sufres el síndrome o la enfermedad del ocio.
Mientras estás trabajando (en activo), tu cuerpo produce adrenalina y esto te permite adaptarte al estrés. Al mismo tiempo, tu sistema inmunológico aumenta su capacidad y esto aumenta tu resistencia a las enfermedades.
"Las personas con un sentido de responsabilidad hiperdesarrollado, perfeccionistas y ambiciosos suelen padecer este síndorme" explica el profesor Ad Vingerhoets, de la Universidad de Tilburg.
De manera que la adrenalina (y otros sustancias como el cortisol) les ayudan a lidiar con el estrés y también refuerzan su sistema inmunitario para luchar contra las infecciones y mantenerse sanos. Pero al pasar de una actividad frenética al descanso total, sin una transición, se produce un colapso en el sistema.
Y es que, para algunos, romper la rutina diaria puede ser más peligroso que para otros. 
Por eso, en estos casos, se recomienda realizar algo de ejercicio físico al terminar la jornada (o la semana) laboral en lugar de irse directamente a casa a tirarse al sofá.


La falta de actividad puede provocar mareos, nauseas y cefalea.
Dar un paseo, ir a cenar, a un concierto... Buscar actividades recreativas que nos mantengan ocupados (de otro modo) y, poco a poco vayan, ir disminuyendo la intensidad.
Otra recomendación, a nivel psicológico, es tratar de mantener el equilibrio en la vida.
"Hay que concenciarse de que además del trabajo hay otras cosas divertidas e interesantes en la vida", explica el experto. 
"Suele haber un aumento en la cantidad de trabajo en los días previos a las vacaciones, que debería evitarse. La gente debería disminuir su cantidad de trabajo antes de su descanso anual", añade.
Por otro lado, a media que Vingerhoets profundizaba en investigación descubrió que, en muchos casos, la enfermedad del ocio estaba asociada a la aparición de un evento importante en la vida como una boda, el nacimiento del primer hijo o un cambio de trabajo.
Estos cambios radicales ponen a prueba nuestra resistencia. Por eso se debe actuar con calma y naturalidad, y de nuevo, recurrir al ejercicio físico para descargar nervios y ansiedad. Buscar una aficción y ser constante evitará muchos conflictos internos.

"El deporte despeja la mente y ayuda a equilibrar nuestro cuerpo", concluye el experto.

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