DÍA 18/11/2014 - 23.13H
Los cambios en el momento de dormir y comer causan una alteración en el
reloj biológico que desencadenan un consumo energético diferente
FOTOLIA
Además de los trastornos asociados al
sueño, trabajar en a turnos –día/noche-, tiene un efecto no deseado: según un
estudio que se publica en «The Proceedings
of the National Academy of Sciences» (PNAS), el trabajo nocturno
reduce el gasto energético total durante el día. Es decir, los trabajadores a
turnos tendrían más riesgo de obesidad y sobrepeso.
Todos los organismos, desde las bacterias
hasta los seres humanos, tienen relojes circadianos para ayudarles a
sincronizar sus actividades biológicas a la hora del día. Hace pocas semanas,
un estudio del Instituto Weizmann de Ciencias (Israel)
y publicado en «Cell» revelaba cómo los
microorganismos del intestino de los ratones, y también los de los seres
humanos, tienen ritmos circadianos que están controlados por el reloj biológico
del huésped en el que residen y que su alteración, podía conducir la obesidad y
problemas metabólicos.
En este nuevo estudio realizado por la Universidad de Colorado-Boulder (EE.UU.),
los investigadores han visto, tras analizar a 14 adultos sanos, que las
personas que trabajan y, por lo tanto comen, durante la noche, el momeneto en
el que su organismo está preparads biológicamente para dormir, son propensos a
subir de peso. Durante seis días los voluntarios se sometieron a distintos
turnos: los dos primeros días siguieron un horario normal de dormir por la
noche y permanecer despierto durante el día, y posteriormente pasaron a un
horario de trabajo por turnos durante tres días, alterando su rutina.
Mismas calorías
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Los investigadores controlaron
cuidadosamente las comidas de los participantes: cada uno ingirió una cantidad
que normalmente necesitan tomar en casa para mantener su peso. Cuando los
participantes pasaron al horario de trabajo por turnos, el momento de las
comidas cambió, pero la cantidad total de calorías se mantuvo constante.
Tampoco se alteraron las horas de sueño: todos tuvieron la posibilidad de
dormir ocho horas, independientemente de si esas horas eran de día o de noche.
Los investigadores detectaron que la energía diaria total utilizada por los
participantes disminuyó cuando estuvieron en un horario de trabajo nocturno.
Al analizar el consumo de energía en los
diferentes ciclos, explica Kenneth Wright, vimos que en aquellas personas que
tuvieron un horario de trabajo por turnos, su gasto diario de energía se redujo
y, a menos que disminuyeran su ingesta de alimentos, esto por sí solo podría
conducir a un aumento de peso.
Los investigadores creen que, al igual que
otros estudios realizados anteriormente, la reducción en el gasto energético
estaba relacionada con un desajuste en su reloj circadiano. Explica Wright
que los seres humanos han evolucionado para estar despiertos y, por lo tanto,
comer, cuando hay luz en el exterior y dormir cuando está oscuro, de forma que,
el reloj circadiano humano se establece por la exposición a la luz solar.
El trabajo por turnos va en contra de nuestra biología fundamental
Y aunque el reloj biológico puede cambiar
con el tiempo, debido a que los trabajadores por turnos suelen llevar un
horario diurno en sus días libres, su reloj circadiano no cambia para adaptarse
a sus horarios de turno de noche. «El trabajo por turnos va en contra de
nuestra biología fundamental», afirma Wright.
Los investigadores además se sorprendieron
al encontrar que los participantes en el estudio quemaban más grasa cuando
dormían durante el día, en comparación a cuando lo hacían por la noche. No está
claro por qué, pero Wright cree que es posible que la quema de grasa adicional
se desencadenara el día de transición entre un horario de día y un horario
nocturno. Durante ese periodo los trabajadores por turnos pueden dormir una
siesta por la tarde para prepararse para el primer turno de noche, pero por lo
general, están despiertos más horas de lo habitual y, por lo tanto, queman más
energía. La necesidad de una demanda adicional de energía puede hacer que el
cuerpo comience a quemar grasa, especula Wright.
Escenario real
Y aunque hace falta más investigación para
determinar si el fenómeno de la quema de grasa sucede también entre los
trabajadores por turnos reales, cuya dieta no está tan controlada, los
hallazgos sugieren que este colectivo puede ser propenso no sólo a aumentar
de peso, sino también a que cambie la composición de la grasa y la masa
muscular de sus cuerpos. Wright advierte que a pesar de que los
participantes quemaron más grasa inicialmente, esto no daría lugar a una
pérdida de peso total porque el gasto de energía durante los tres días de
trabajo por turnos fue menor.
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