Diez comidas que pensamos que son sanas (y que no lo son
tanto)
Cada vez que iniciamos una
dieta, nos hacemos una lista con las comidas que queremos dejar de lado y otra
con las que vamos a adoptar en nuestro seno. Muchas veces, tocamos de oído y
nos pensamos que determinados alimentos nos van a dejar tipín, pero mucho ojo,
porque algunos de ellos no solo no nos va a ayudar a perder peso, sino que
además lo pondrán más difícil.
Yogur de coco. Muchas veces pensamos que un yogurcito es lo mejor para
irse a la cama sin el estómago vacío. No obstante, el de coco suele incluir
grasas vegetales que engordan lo suyo. Es quizá uno de los menos recomendables.
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Cereales de desayuno. Un clásico entre los clásicos de los “falsos amigos” en
la dieta. Casi todos los que nos topamos en el supermercado incluyen azúcar
añadido. Es cierto que muchos de ellos tienen fibra integral, pero eso no quita
para que tengan azúcar refinado a montones.
Zumos de naranja. Otra bebida supuestamente saludable, pero que contiene
importantes cantidades de azúcar. Muchas de ellas, además, tienen entre sus
componentes leche entera, lo que las hace aún más calóricas.
Sushi. Ojo con el sushi. Podemos pensar que se trata de pescado
y que es estupendo para nuestra línea, pero hay que pensar en el aporte de
arroz. Además, en muchos makis la presencia de pescado es testimonial y se
incluyen mayonesa, salsa rosa o queso crema.
Ensaladas. Aunque parezca de perogrullo, no todas las ensaladas son
igual de idóneas para una dieta. Por ejemplo, la César que incluye pan tostado,
pollo (en ocasiones rebozado), queso parmesano o salsa es de todo menos
‘light’.
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Yogur helado. Supuestamente engorda menos que un helado normal, aunque
incluye azúcar y grasas saturadas. De hecho, tiene poco o nada que ver con un
yogur de verdad.
Barras energéticas. Miel, sirope, edulcorantes artificiales… lo habitual es
que las barras de cereal se presenten como snacks sanos, pero no lo son: muchas
veces tienen un gran contenido en azúcar.
Pan con semillas. Es posible que nos dejemos engañar por las semillas de
linaza o de sésamo que hay en la corteza, pero eso no quiere decir que se trate
de panes integrales. Siguen siendo panes blancos, poco idóneos para un dieta
hipocalórica.
Soja. La soja que se puede comprar en los supermercados es un
alimento procesado a la que se atribuyen efectos negativos a largo plazo. Mejor
desecharla de una dieta, por tanto.
'Muffins'
con frutas. Es posible que pensemos que una magdalena con
frambuesas o arándanos es un capricho más “sano” que otros dulces para un
momento de debilidad en nuestra dieta. Hay que desechar esa idea de nuestra
mente: no deja de ser bollería industrial con dos