El motivo por el que te mareas o desmayas al levantarte de golpe.
La caída repentina de la presión arterial al ponerte de pie puede provocar mareos, aturdimiento e incluso pérdida del conocimiento y caídas. Un fenómeno llamado ‘hipotensión ortostática’ que puede ser muy dañino, sobre todo para las personas con Parkinson
Se llama ‘hipotensión postural o hipotensión ortostática’ a la caída en la presión arterial cuando alguien se sienta después de haber estado acostado o se pone de pie después de haber estado sentado.
Al bajar la presión arterial, llega menos sangre a los órganos y los músculos. Y esto puede hacerte más propenso a las caídas.
Así lo recoge un nuevo estudio publicado en 'Neurology', la revista médica de la Academia Americana de Neurología. "En muchos casos, esta afección puede provocar caídas y desmayos, explica la autora del estudio Alessandra Fanciulli, de la Universidad Médica de Innsbruck, en Austria. Si podemos controlar la presión arterial de las personas para detectar esta afección, podríamos controlar potencialmente estas caídas de presión arterial y prevenir algunas de las caídas que pueden ser tan dañinas, especialmente para las personas con Parkinson".
Una relación probada
El estudio involucró a 173 personas con la enfermedad de Parkinson que habían sido remitidas para pruebas de problemas autonómicos que pueden causar mareos y desmayos. Fueron comparadas con 173 personas de la misma edad que no tenían Parkinson pero tenían una condición llamada ‘intolerancia ortostática’.
Los síntomas de esta condición, que incluyen problemas de visión, dolor de cabeza, ansiedad, fatiga y debilidad, se desarrollan cuando se está en posición vertical y desaparecen cuando está acostado.
En el estudio se controló la presión arterial de las personas para detectar dos tipos de hipotensión ortostática:
La primera se llama ‘hipotensión ortostática transitoria’ y ocurre cuando la presión arterial cae drásticamente al levantarse de estar sentado o acostado y luego vuelve a la normalidad en aproximadamente un minuto.
En el segundo, llamado ‘hipotensión ortostática clásica’, la presión arterial desciende tres minutos después de ponerse de pie y luego vuelve a la normalidad.
El estudio encontró que el 19 por ciento de las personas con Parkinson tenían hipotensión ortostática clásica, mientras que nadie en el otro grupo la tenía. La hipotensión ortostática transitoria ocurrió en el 24 por ciento de las personas con Parkinson y en el 21 por ciento de las personas con intolerancia ortostática.
Después de ajustar por otros factores que podrían afectar el riesgo de una caída de la presión arterial, los investigadores determinaron que las personas con la enfermedad de Parkinson tenían el doble de probabilidades de tener la afección que las del otro grupo.
Por qué se produce
Se trata de un desajuste en el equilibrio que debe existir entre la presión que se tiene acostado y su modificación cuando uno se pone de pie. Algunas personas suelen presentar valores altos de presión si se la miden al estar acostado o sentado, y estos valores descienden al levantarse, situación conocida como ortostatismo (postura erecta).
Además
de por afecciones neurológicas como la enfermedad de Párkinson y
algunos tipos de demencia, hay otras patologías que pueden provocar
la caída de la presión arterial baja.
De hecho, la hipotensión postural o ortostática también estaría relacionada con la diabetes, la insuficiencia cardiaca, y la ateroesclerosis o endurecimiento de las arterias.
Otros motivos por los que te mareas al levantarte serían el reposo en cama durante un tiempo prolongado, la deshidratación, la anemia o deficiencia de vitamina B12.
¿Cuáles son los síntomas?
Mientras que muchas personas con hipotensión postural no tienen síntomas, otras sí los tienen. Estos pueden variar de una persona a la otra y pueden incluir: Mareos y aturdimientos, debilidad o fatiga y sentir que estás a punto de desmayarse, perder el conocimiento o caerte.
Los dolores de cabeza, la visión borrosa o de túnel también son frecuentes. Además, se puede llegar a sentir presión en la parte de atrás de los hombros o el cuello, sufrir náuseas o episodios de calor, y tener la piel húmeda y pegajosa.
Cuándo suelen aparecer
Al ponerse de pie o sentarse abruptamente
Por la mañana, cuando la presión arterial tiende a estar más baja
Después de una comida copiosa o de beber alcohol
Al hacer ejercicio
Al hacer fuerza en el baño
Cuando se está enfermo
Si se sufre ansiedad o ataques de pánico por algo
Cómo se puede controlar
Para no sufrir esos molestos mareos, los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC por sus siglas en inglés) recomiendan levantarse de la cama lentamente. Primero el tronco, luego hay que sentarse en el borde de la cama y por último, ponerse de pie.
También es importante no cambiar de postura bruscamente, así que tómate tu tiempo al levantarte del sofá o de una silla. Y si eres propenso a los vahídos repentinos al incorporarte, procura hacer algunas cosas sentado, como vestirte, cocinar o ducharte.