Los suspiros se originan en distintas partes del cerebro.
Comprender el control de las emociones por parte del cerebro es un objetivo central de la neurobiología.
Un
grupo de neuronas controla varios tipos de suspiros,
pero reciben sus instrucciones de diferentes áreas del cerebro
dependiendo de la razón del suspiro, según un estudio que publica
la revista 'Cell Reports'.
Los
humanos y otros mamíferos suspiran automáticamente una vez cada
pocos momentos para mantener
la función pulmonar adecuada.
Este llamado suspiro basal es parte del proceso de respiración
normal y ocurre automáticamente, sin que tengamos que pensarlo. Pero
más allá de cumplir un propósito fisiológico esencial, los
suspiros también ocurren como respuestas conductuales a emociones
que van
desde el estrés y la molestia hasta el alivio.
"Queremos
entender cómo todas estas entradas diversas, tanto emocionales como
fisiológicas, conducen al mismo rendimiento conductual",
señala Peng
Li, fisiólogo
y profesor asistente en el Instituto de Ciencias de la Vida de la
Universidad de Michigan (Estados Unidos).
Comprender
el control de las emociones por parte del cerebro es
un objetivo central de la neurobiología y la psiquiatría, pero es
difícil debido a los desafíos para descubrir los estados cerebrales
emocionales y sus complejos resultados.
Debido
a que los suspiros ofrecen una salida simple y medible del cerebro,
Li y sus colegas los usan para aprender más sobre cómo
se comunican los circuitos neuronales para
regular las respuestas conductuales.
Investigan
cómo distintos circuitos neuronales permiten que el cerebro controle
los suspiros y la respiración en diferentes contextos, estudiando
los circuitos en ratones, que también exhiben suspiros basales y
emocionales y tienen cerebros que son arquitectónicamente similares
a los de los humanos.
Anteriormente,
Li y sus colegas identificaron las neuronas y las vías que regulan
el suspiro basal. En este nuevo estudio, los
investigadores rastrearon desde las llamadas neuronas
NMB (abreviatura
de neuronas que expresan Neuromedina B) para ver qué señales
estaban recibiendo cuando los ratones estaban bajo estrés, y
encontraron una docena de regiones del cerebro anterior que envían
entradas directas al centro de control de suspiros.
Cuando
los ratones fueron confinados a
un espacio pequeño, induciendo un estado de tipo claustrofóbico,
su índice
de suspiros aumentó de dos a tres veces.
Utilizando
herramientas genéticas, los investigadores identificaron otro tipo
de neuronas en una de las regiones del prosencéfalo, llamadas
neuronas que expresan hipocretina (HCRT), que disparaban bajo estrés
y enviaban señales a las neuronas NMB. Luego, los
investigadores activaron
artificialmente las neuronas HCRT, sin
limitar a los ratones, y vieron el mismo cambio en la tasa de
suspiros.
Cuando
los investigadores silenciaron las neuronas NMB, tanto el suspiro
basal como el suspiro inducido por el estrés disminuyeron
drásticamente en los ratones. Sin embargo, cuando silenciaron solo
las neuronas HCRT, solo el suspiro inducido por el estrés disminuyó
mientras que el suspiro basal no se vio afectado.
Los
investigadores descubrieron que las neuronas HCRT también eran
responsables de un aumento de la frecuencia respiratoria cuando los
ratones estaban bajo estrés por confinamiento. Dado que las neuronas
NMB solo controlan los suspiros y no la respiración regular, este
hallazgo indica que las
neuronas HCRT están enviando señales a otras partes del cerebro
simultáneamente para
activar diferentes comportamientos inducidos por el estrés.
"Así
que hemos encontrado el circuito que regula todos los tipos de
suspiros, pero activa los suspiros por diferentes razones utilizando
señales de entrada de diferentes partes del cerebro -destaca Li-. Y
encontramos otro grupo de neuronas que inducen suspiros en respuesta
a este estrés claustrofóbico, pero también regula otros productos
relacionados con la claustrofobia".
"Estos
hallazgos nos dan pistas
sobre cómo está conectado el cerebro para controlar diversas
respuestas conductuales y
fisiológicas a las emociones", concluye.
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