La explicación a los moretones en la piel de los mayores y sin darse un golpe.
¿No recuerdas haberte golpeado con nada y, sin embargo, tienes moretones con frecuencia? El envejecimiento es uno de los factores que más influye en la aparición de hematomas, pero hay otras causas posibles que debes conocer
Algunas personas tienen una gran facilidad para hacerse moretones en la piel de manera espontánea, sin haber sufrido un traumatismo previo. Sin embargo, en la mayoría de los casos, los hematomas son consecuencia de una lesión, una caída o una colisión.
Pero en los adultos mayores el motivo suele ser la piel frágil. Curiosamente, es una condición que puede darse al final y al principio de la vida ya que algunos bebés con trastornos de la coagulación también suelen tener moretones muy fácilmente, a veces con el simple manejo del cuidado diario.
Los hematomas son el resultado de la salida de glóbulos rojos de la sangre y su acumulación en la piel. Pueden estar provocados, además de por un golpe, por problemas de circulación, trastornos de la pared de los vasos sanguíneos o por la toma de ciertos medicamentos.
No duelen y se curan solos
Los moretones o cardenales rara vez suelen ser dolorosos o lo suficientemente severos que requieran tratamiento. Un moretón va cambiando de color según va sanando. Se puede saber cuánto tiempo tiene un cardenal por su color. Un moretón reciente es de color azul o morado. Según va pasando el tiempo y va desapareciendo, se vuelve verdoso o amarillento. Por lo general, un moretón tarda unas dos semanas en desaparecer totalmente. A continuación, te explicamos algunas de las causas que pueden provocar su aparición espontánea:
Cuando la piel ‘adelgaza’
Es muy frecuente que a los mayores les salgan moretones espontáneos porque con la edad las células de la piel se dividen más lentamente y la piel comienza a ‘adelgazar’. El envejecimiento, la exposición al sol y la genética influyen en ese proceso de adelgazamiento de la piel.
En los ancianos, la piel retiene menos humedad y pierde su elasticidad. Su capacidad para repararse a sí misma disminuye y las heridas tardan más en sanar. Además, con el tiempo, las personas pierden grasa subcutánea, que amortigua y protege los vasos sanguíneos.
Una condición (la piel frágil) que puede deberse a trastornos genéticos, los cuales producen alteraciones en la estructura de los vasos. Por ejemplo, alteraciones del colágeno, y predisponen a su fragilidad.
Por eso, este tipo de moretón conocido como ‘La púrpura senil’ o ‘púrpura actínica’ es un tipo de hematoma específico en las personas mayores que, como decimos, no aparece como resultado de un traumatismo grave, aunque puede parecer que ocurrió por una lesión.
"Como su nombre indica es una situación en la que la piel tiene manchas de ese color, violeta o púrpura, y se debe a que los hematíes han salido de los vasos, de las venas, por debajo de la piel, y allí han transformado su hemoglobina tomando ese color violeta", explican desde la Sociedad Española de Medicina Interna (SEMI).
Recuento de plaquetas
Existen otras causas por la que aparecen moretones como una enfermedad conocida como púrpura trombocitopénica idiopática, que se caracteriza por la disminución en el conteo de plaquetas en sangre. Estas son las encargadas de detener las hemorragias, por lo que al haber menos cantidad, aparecen moretones con frecuencia. Junto a la aparición de hematomas, habrá otros síntomas como sangrado superficial en la piel, las encías, la nariz e incluso con las heces y la orina.
La gravedad y frecuencia de las manifestaciones hemorrágicas tiene relación con el recuento de plaquetas. Los signos y síntomas más frecuentes de la púrpura son:
Petequias (pequeñas manchas rojas en la piel del tamaño de la cabeza de un alfiler).
Esquimosis (manchas rojas en la piel de un tamaño de 2 o 3 cm de diámetro)
Sangrado de las encías, nariz y boca.
No obstante, algunos mayores con púrpura senil pueden ser asintomáticos. El diagnóstico de la púrpura trombocitopénica se establece a través de la historia clínica, la exploración física y el recuento de plaquetas. La hemorragia no relacionada con traumatismo no suele plantear problemas mientras el recuento de plaquetas se mantenga por encima de 20.000/mm.3. Si es así, se solucionará sin tratamiento al cabo de unos cuatro semanas.
El tratamiento está indicado para los casos con hemorragia debida a trombocitopenia o los pacientes con cifras de plaquetas por debajo de 20.000/mm3. El objetivo de la terapia (corticoides, fármacos inmunosupresores, inyecciones intravenosas, cirugía... ) consiste en detener las hemorragias y elevar la cifra de plaquetas por encima de 20.000/mm3.
Reacción a fármacos
Por otro lado, ciertos medicamentos como los anticoagulantes, la aspirina o los corticoides pueden debilitar los capilares, alterar la coagulación de la sangre o la función de las plaquetas, motivando así la aparición de dichos hematomas.
Los antibióticos también pueden estar asociados a los problemas de coagulación. Como consecuencia, el sangrado que se produce a causa del daño capilar puede demorar más en detenerse, y esto hace que se filtre sangre y se forme un moretón más grande.
En este caso los moretones son considerados ‘efectos secundarios’ de un tratamiento necesario que trata de combatir otras afecciones de mayor gravedad como por ejemplo, el cáncer. Así que si crees que esta es la causa por la que se te forman más moretones, no dejes de tomar el medicamento. Habla con tu médico sobre ello para buscar alternativas.
Carencias nutricionales
Llevar una alimentación también puede causar la aparición de moretones en la piel. Es importante suministrar nutrientes que aporten vitamina B12, que participa en la formación de la sangre; vitamina K, que se encarga de la coagulación de la misma; vitamina C, que contribuye en la formación y el fortalecimiento de los tejidos, entre los que se encuentran los vasos sanguíneos; y vitamina P (bioflavonoides), una molécula que es responsable de la producción del colágeno, cuya carencia provoca la debilitación de las paredes de los vasos sanguíneos, aumentando el riesgo de hematomas.
Cuándo acudir al médico
Siempre que los moretones sean continuos y aparezcan de forma súbita, sean de un tamaño muy grande o estén en zonas inusuales, como el tórax, el abdomen y la espalda conviene acudir al especialista. También si van acompañados de sangre abundante.
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