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miércoles, 8 de junio de 2016

Los frutos secos no engordan.

Los frutos secos no engordan.
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Seguir una dieta mediterránea no restringida en calorías y rica en grasas vegetales como el aceite de oliva virgen extra o frutos secos no conduce a un aumento de peso significativo en comparación con una dieta baja en grasa, según un estudio del Centro de Investigación Biomédica en RedFisiopatología de la Obesidad y la Nutrición Ciberobn. No es lo mismo consumir calorías procedentes de frutas, frutos secos, verduras, legumbres, pescado, yogur, aceites vegetales ricos en fenoles (aceite de oliva virgen extra), y granos integrales mínimamente procesados; que las dañinas calorías procedentes de alimentos altamente procesados, ricos en almidón, azúcar, sal o grasas trans. Incluso, las grasas vegetales pueden resultar más sanas que las animales que contiene la carne y los productos cárnicos procesados.
El trabajo, publicado en la revista The Lancet Diabetes & Endocrinology y dirigido por el doctor Ramón Estruch, mantiene que las directrices actuales de la salud, que recomiendan una dieta baja en grasas y calorías, generan un miedo innecesario a las grasas saludables que están presentes en la dieta mediterránea.
«Durante más de 40 años, la política nutricional ha abogado por una dieta baja en grasa, pero estamos viendo poco impacto en el aumento de la obesidad», advierte el doctor Estruch, investigador del Hospital Clínic. «Nuestro estudio muestra que una dieta mediterránea rica en grasas vegetales, como el aceite de oliva virgen extra y los frutos secos, tuvo poco efecto sobre el peso corporal o la circunferencia de la cintura en comparación con las personas que siguen una dieta baja en grasa. La dieta mediterránea tiene beneficios para la salud conocidos e incluye grasas saludables, tales como aceites vegetales, pescado y frutos secos».
El estudio se realizó en 11 hospitales españoles entre 2003 y 2010, con una muestra de 7.447 participantes (hombres y mujeres) de edades comprendidas entre los 55 y los 80 años, que tenían alto riesgo cardiovascular o diabetes tipo 2, y más del 90%, sobrepeso u obesidad. Se dividieron en tres grupos: dieta mediterránea no restringida en calorías y rica en aceite de oliva (2.543 pacientes), una dieta mediterránea sin restricciones en calorías y rica en frutos secos (2.454), y una dieta baja en grasa, donde el consejo era evitar toda la grasa de la dieta (2.450).
Según los resultados divulgados por los investigadores, «después de 5 años, la ingesta total de grasa disminuyó en el grupo de la dieta baja en grasas (del 40% al 37,4%) y había aumentado ligeramente en los dos grupos de la dieta mediterránea (de 40 a 41,8% en el aceite de oliva; de 40,4% a 42,2% en los frutos secos). El porcentaje de consumo de energía a partir de proteínas y carbohidratos disminuyó en ambos grupos de la dieta mediterránea. Ambos grupos de la dieta mediterránea aumentaron el consumo de verduras, legumbres, frutas y pescado, y disminuyó el consumo de productos de carne, dulces y productos lácteos».


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