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lunes, 27 de abril de 2015

La estación, el día y la hora exactos para ponerse a dieta

La estación, el día y la hora exactos para ponerse a dieta


Ponerse a dieta es un objetivo que muchas personas se proponen pero no todas son capaces de lograrlo. Otros pasan su vida a dieta, sin perder ni un kilo y después están los que combinan momentos en los que se atiborran de comida con momentos de ayuno. ¿Por qué ponerse a dieta resulta tan difícil?
El componente psicológico
Una dieta es una cosa seria. No basta con desear perder peso para recuperar mágicamente la línea, así como no basta con seguir una dieta estricta para luego volver a comer como antes tirando por la borda los esfuerzos realizados y volviendo al peso inicial. Los factores externos, como el trabajo, la familia, los problemas personales son una fuente de estrés y pueden acabar con el éxito de una dieta. Cada dieta supone un esfuerzo, por eso el componente psicológico es fundamental aunque a menudo está infravalorado. Cuando una persona se queja de haber probado todas las dietas pero no haber encontrado todavía la buena, peca de ingenuidad. ¿Por qué? Muchas veces cuando pensamos en ponernos a dieta no tenemos en cuenta la estación, el estado psicofísico de la persona y nos arriesgamos a empezar una dieta que no dará sus frutos debido a un período erróneo o incluso a un día de la semana menos favorable.
Echa un vistazo al calendario: ¿cuándo perder peso?
         ¡El martes no!
Desde gran Bretaña nos llega esta curiosa noticia: el martes es el peor día para empezar una dieta. Las mujeres que empiezan el martes tienen más probabilidades de fallar en el intento, según el estudio llevado a cabo por la cadena de supermercados Tesco. Según esta encuesta, en la que se entrevistó a 2000 personas que en el año anterior habían tenido problemas de peso y comenzaron al menos una dieta, las mujeres deciden comenzar una dieta al menos tres veces. Desgraciadamente, las que la comienzan en martes no llegan ni siquiera al fin de semana porque ya el viernes, después de una estresante semana de trabajo, para relajarse ceden a la tentación de la comida. La determinación se pierde con mayor facilidad y se acumula más peso del inicial.
         ¡Sí al fin de semana!
Quien escoge el sábado para empezar una dieta tiene claro su objetivo y tiene muchas probabilidades de respetar el compromiso y perder los kilos esperados. Empezar el sábado denota determinación y fuerza de voluntad. ¿Y el domingo? La investigación lo confirma: quien comienza una dieta el domingo conseguirá lo que se propone. El 88%  de la muestra entrevistada, incluyendo aquellos que no consiguen mantener la dieta más de tres semanas, pierden de media 3,2 kg durante el período de dieta. A las que la empiezan el lunes les resulta siempre difícil llegar al fin de semana. Muchas mujeres han declarado ponerse a dieta los viernes cuando, una vez acabados los compromisos laborales, quieren dedicar tiempo a su salud. Como recuerda el portavoz de Tesco, ponerse a dieta siempre es difícil porque hay que cambiar los hábitos alimentarios. Así que además de escoger cuidadosamente el día de la semana es muy importante tener mucha voluntad.
La hora de la tentación
Otro estudio llevado a cabo por Melarossa.it (2) en una muestra de 1500 personas recomienda tener en cuenta el reloj. Existe un horario peligroso en el que la tentación de ceder a los placeres de la comida es más fuerte. ¿La hora exacta? Las 15.23. Para el 62% de los entrevistados el punto crítico del día es el período que va de las 15.00 a las 15.30. El riesgo de saltarse la dieta es muy alto también por la noche (22%) y por la mañana, cuando el deseo de probar la comida prohibida es más fuerte que el deseo de perder los kilos de más.
¿En qué estación?
            Invierno
            Aunque es cierto que el componente psicológico es necesario para seguir una dieta, también es cierto que algunos períodos son menos favorables al éxito. Por ejemplo, en invierno, debido al frío y a las fiestas, las tentaciones son más y las necesidades calóricas mayores porque el cuerpo quema una gran cantidad  de energía. En general la dieta puede conseguirse pero los días de fiesta serán una excusa para no renunciar a los placeres de la mesa y a echar a perder los esfuerzos realizados hasta el momento.
            Otoño
            En otoño ponerse a dieta es casi una  prerrogativa. Hay que recuperar el equilibrio perdido durante los meses de verano, con comidas más metódicas y equilibradas. Con la llegada del frío las tentaciones de dulces de crema o chocolate es grande; será duro, casi imposible, renunciar a un pequeño placer de consolación.
            Primavera
            La estación más adecuada para acabar con éxito una dieta es la primavera. El despertar de la naturaleza nos hace pensar en que se acerca el verano. Afortunadamente, la primavera nos trae alimentos con aportes calóricos bajos. Un buen plato de pasta puede sustituirse por una ensalada completa y equilibrada que te satisfará igualmente y te ayudará a recuperar la línea y eliminar las molestas curvas de más.
            Verano
            El verano no es el mejor momento para empezar una dieta; sería mejor pensar en la línea antes de probarte el bañador. Por suerte, son muchas las personas que afirman perder peso de manera espontánea durante el verano, posiblemente debido a los largos días en la playa y a una vida menos sedentaria. Además, las frutas de verano sacian fácilmente y son un drenante natural. Con el calor, descartamos los dulces o los platos pesados del menú: es preferible un helado de fruta o una rica macedonia.
Los consejos de la dietista
Si quieres empezar una dieta:
            no esperes una pérdida de peso repentina; perderlo de manera gradual es el secreto para mantener la línea durante más tiempo;
            no empieces una dieta por tu cuenta. Es importante que un especialista cree un plan alimenticio adecuado a tus necesidades diarias y a tu estado de salud; el especialista también te motivará y te ayudará a mantener la fuerza de voluntad necesaria para alcanzar tu objetivo;
            vive una vida activa, no pierdas las ocasiones de moverte un poco más.


jueves, 23 de abril de 2015

7 reglas sencillas para una alimentación saludable

7 reglas sencillas para una alimentación saludable


Cada cierto tiempo se escuchan nuevas teorías sobre lo que es bueno y malo comer, sobre las cantidades, sobre cómo y cuándo debemos alimentarnos...


Comer en casa, y en familia, contribuye a mantener una dieta sana y equilibrada.
Lo que es válido para hoy, no lo será para mañana porque la Nutrición es un campo en el que se investiga constantemente. Aunque, por suerte, hay unas pocas cosas que podemos asegurar.
Estas recomendaciones, publicadas en The New York Times, están basadas en los consejos de los expertos como Michael Pollan, autor de varios bestsellers sobre nutrición, y son aptas para personas sanas y sin trastornos metabólicos.
Antes de empezar queremos dejar claro que ningún nutriente será demonizado y tampoco será considerado un remedio milagroso.
1. Intenta que tu dieta tenga variedad de alimentos. Estos incluye las frutas y verduras, pero también la carne, el pescado, las aves y los huevos que no han sido procesados. Repito, no procesados. En otras palabras, cuando hagas la compra, pasa de largo en los estantes de comida preparados o alimentos modificados.
Por ejemplo, opta por el arroz integral en lugar del arroz blanco. Cereales integrales en lugar de granos refinados. Y recuerda, que es muchos mejor comer dos manzanas (enteras y a mordiscos) que beberse los mismos 27 gramos de azúcar en un vaso de zumo.­­
Por supuesto, todo tiene un límite. La pasta, por ejemplo, la tendrás que comprar preparada. ¡No vas a hacerla tú! Y tampoco te vas a poner a moler su propia harina o extraer tu propio aceite. Pero si debes tratar de comer menos cantidad de éste y otros tipos de alimentos procesados.
Nos referimos a alimentos como el pan blanco, las patatas fritas o las galletas. También a las carnes procesadas, cuyo consumo se asocia con peores resultados de salud.
2. Siempre que puedas come en casa. Es una buena manera de evitar los ingredientes procesados y te permite llevar un control de todo lo que comes, con la ventaja añadida de que puedes elegir los sabores que prefieras.
3. Usa sin miedo, cuando sea necesario en la preparación de alimentos, la sal y las grasas, incluyendo la mantequilla y el aceite. ¡No son el enemigo! Hacen que la comida esté sabrosa. La clave aquí es la moderación. Usa lo que necesites, sin volverte loco.
4. Cuando comas fuera, elige restaurantes que preparen y elaboren todos sus platos  con productos frescos, no con alimentos preparados. En serio, te encontrarás mejor si evitas la comida procesada.


Cuando hagas la compra evita los alimentos procesados o refinados.
5. Bebe agua, preferentemente. Aunque está permitido tomar un poco de alcohol, café y otras bebidas. Hay muchos estudios que demuestran que comer o beber ciertas cosas previene o causa el cáncer, y el alcohol y el café suelen estar incluidos. Pero lo que es seguro (y hay evidencias) es que un consumo moderado aporta beneficios.
6. Por cierto, las bebidas con calorías merecen el mismo tratamiento que el alcohol. Esto quiere decir que debes tomarlas con moderación, incluso la leche (que tiene calorías).


Es mejor tomar la fruta en piezas (entera) que en zumos o batidos.

Y aquí entran también los refrescos, zumos, batidos, etc. Puedes tenerlos en casa, porque es normal que de vez en cuando te apetezca tomar algo, pero no debes consumirlos por sistema.
7. Come con otras personas, especialmente con las que más te importan, tan a menudo como sea posible.
Esto tiene beneficios, más allá de los nutricionales. Te esforzarás en preparar la comida, escogerás alimentos saludables al preocuparte por la salud de los demás, comerás más despacio al charlar con ellos, y también, comerás más contento al estar acompañado.
Por último, recuerda que ningún alimento es malo y prohibir algo tiene más desventajas que beneficios. Así que no seáis demasiado estrictos.