Paracetamol: cómo revertir los efectos del medicamento más dañino para el hígado.
Todos los fármacos actuales tienen efectos secundarios no deseados si se consumen habitualmente en dosis altas. Este artículo no va de si el ibuprofeno es mejor o peor que el paracetamol, sino de revisar conceptos y entender el impacto que tienen sobre nuestro organismo. Los médicos no paran de repetirnos los peligros de la automedicación y la infoxicación; la gente oye que el ibuprofeno es malo y se lanza a tomar paracetamol para tratar cualquier malestar sin saber que realmente es el medicamento más tóxico para el hígado (hablando siempre de consumo frecuente y dosis altas)
Tal y como explica la Sociedad Española de Medicina Interna (FESEMI), "el daño hepático puede obedecer a muchas causas, y algunas son evitables. Muchos virus son tóxicos para el hígado, lo mismo que algunas sustancias químicas o medicamentos, algunos de uso tan frecuente como el paracetamol". De hecho, la lesión hepática inducida por fármacos es una de las principales causas de insuficiencia hepática aguda y trasplante en el mundo occidental.
El paracetamol, también conocido como 'acetaminofén', es un medicamento de venta libre en todo el mundo, comúnmente recetado para tratar el dolor y la fiebre. Sin embargo, en los últimos años numerosas publicaciones muestran que las reacciones adversas a fármacos son responsables de una mayor proporción de casos de lesión hepática de lo que inicialmente se esperaba.
Dado que el hígado es el principal órgano implicado en el intercambio de nutrientes, fármacos y otras sustancias químicas tóxicas que deben atravesarlo antes de alcanzar el torrente sanguíneo y otros tejidos, lo hace particularmente susceptible a los fenómenos de toxicidad química. Es más, el número de sustancias ajenas al organismo con actividad biológica capaz de inducir enfermedad hepática es muy amplio, habiendo sido incriminados en la actualidad más de 1.100 fármacos en episodios de hepatotoxicidad.
Aunque, en dosis adecuadas, es un analgésico seguro, su ingesta en altas dosis es tóxica, y se ha convertido en la causa más común de fallo hepático fulminante en el Reino Unido y en Estados Unidos (57 por ciento). En Europa representa el 46 por ciento de los casos diagnosticados de fallo hepático. Se estima que más de 60 millones de personas en los Estados Unidos usan paracetamol cada semana, y cerca de 30.000 pacientes ingresan en la unidad de cuidados intensivos cada año con daño hepático debido a altas dosis de paracetamol.
La velocidad con la que se desarrolla la enfermedad en el hígado es diferente para cada persona y, a menudo, depende de la predisposición de la persona y/o su composición genética. Si bien el estilo de vida tiene un papel que desempeñar en la mayoría de las enfermedades hepáticas.
La insuficiencia hepática o fallo hepático es la incapacidad del hígado para llevar a cabo su función; puede ser muy brusco o "hiperagudo" (en horas), agudo, (en días), subagudo (en semanas o meses) o crónico (en meses o años).
Esto sucede debido a un mal uso de los medicamentos y las sustancias tóxicas que, en este caso, contiene el paracetamol (ojo que este compuesto también está presente en otros fármacos) y que pueden llegar a dañar el hígado de forma permanente, produciendo una cicatrización irreversible del tejido hepático (cirrosis) y, en algunos casos, insuficiencia hepática, que puede poner en riesgo la vida.
Y es que algunas personas ingieren demasiados productos que contienen paracetamol (acetaminofeno) y se intoxican. Pero cuidado porque también puede aparecer toxicidad si se toman dosis más pequeñas de forma continuada. Dependiendo de la cantidad de paracetamol (acetaminofeno) en la sangre, los síntomas van desde una ausencia total de síntomas, hasta vómitos y dolor abdominal e incluso fallo hepático
En esa situación se presentan diversas manifestaciones tales como:
Coloración amarillenta de la piel y ojos (ictericia).
Dolor en la parte superior derecha de su abdomen.
Náusea y vómitos.
Una sensación general de malestar.
Dificultad para concentrarse, desorientación o confusión y somnolencia.
Además, puede producirse una pérdida de peso inexplicable y es frecuente que la orina se vuelva oscura, parecida al té. Si tu hígado no está funcionando al máximo de su capacidad, es posible que esté experimentando uno o más de estos síntomas. En este caso es necesario un tratamiento específico para inducir al hígado a eliminar todas las grasas, depósitos de colesterol viejos, cálculos biliares, residuos de medicamentos y desechos tóxicos almacenados a lo largo de los años.
Si bien es cierto que no hay un método específico para limpiar el hígado ya que este órgano se desintoxica por sí mismo cuando está en óptimas condiciones, sí que conviene alejarse de aquellos hábitos que pueden perjudicar su funcionamiento como la automedicación, el consumo de alcohol, el tabaquismo o la ingesta de alimentos procesados.
Por el contrario, los productos naturales como las frutas y las verduras aportan fibra que ayudan al hígado a sacar del cuerpo las toxinas. Por eso, para su cuidado se aconseja aumentar el consumo de agua, frutas y verduras, optar por los cereales integrales e incluir grasas saludables en la dieta. Las especias y los alimentos amargos pueden ayudar, por ejemplo la cúrcuma, el boldo, el romero o la salvia, entre otros. El ajo, el pomelo y ciertas plantas como el cardo mariano, el diente de león o la raíz de bardana también pueden ayudar a regenerar el hígado de manera natural.
No obstante, siempre debemos consultar con un hepatólogo para tratar la enfermedad de hígado de la forma más efectiva, ya que estos remedios podrían no ser suficientes para algunos afectados. Además, aunque en la etiqueta de un suplemento indique la palabra “natural”, no significa que sea beneficioso tomarlo. Y es que algunas hierbas y suplementos se han asociado también a daño hepático. Es más, tomar más de un medicamento o hierba que actúa sobre el hígado puede agravar el problema. Es importante informar al médico acerca de cada medicamento y suplemento que se toma, incluso los remedios ocasionales o de venta libre.
En cuento al tratamiento, lo principal es dejar de tomar el fármaco que causó el problema. Y cuando la insuficiencia hepática aguda no se puede revertir, el único tratamiento puede ser un trasplante de hígado.
Sin embargo, se acaba de dar a conocer un nuevo avance presentado por el Centro de Investigación Biomédica en Red de Enfermedades Hepáticas y Digestivas (CIBEREHD) y la Universidad de Nueva York.
Se trata de una nueva estrategia terapéutica para tratar pacientes con fallo hepático fulminante por sobredosis de paracetamol. Dicha terapia, que podría evitar la necesidad de someter a los pacientes graves a un trasplante hepático, solo es eficiente si se administra durante las primeras ocho horas tras la ingestión tóxica de paracetamol, y consiste en suministrar un antídoto por vía intravenosa.
"Las personas con daño hepático por sobredosis de paracetamol presentan una alteración de los niveles de magnesio en el suero y en el hígado, debidos a un incremento significativo de una proteína (CNNM4). Se puede restaurar, y evitar así la necrosis del hígado, modulando los niveles de expresión de esta proteína por vía subcutánea", explican los doctores Malu Martínez Chantar, y Alfonso Martinez de la Cruz, investigadora e investigador del laboratorio de “Liver Disease” en CIC bioGUNE.
Recuerda que es importante buscar atención médica de inmediato si crees que un adulto o un niño tomaron demasiado paracetamol. Así podrá realizar un diagnóstico claro que se basa en la cantidad de paracetamol (acetaminofeno) en sangre y los resultados de las pruebas de función hepática. La concentración en sangre, medida entre 4 y 24 horas después de la ingestión, puede predecir la gravedad de la lesión hepática.