Qué hay de cierto en el truco del agua helada para calmar la ansiedad.
Las redes sociales (TikTok, en particular) están repletas de trucos y remedios para solucionar cualquier malestar o dolencia. Algunos aparte de ser una solemne estupidez, son ineficaces y deben evitarse, pero otros pueden resultar muy útiles. Como el de sumergir la cara en agua helada para frenar la ansiedad.
Dicen que esta técnica ayuda a aliviar la ansiedad, un problema que según la Organización Mundial de la Salud (OMS) afecta a 1 de cada 8 personas en el mundo (casi 1000 millones de personas). Además, la pandemia por la Covid-19 ha incrementado el impacto en la salud (estrés, ansiedad y depresión). Datos reales y muy contundentes que nos hacen reflexionar sobre la importancia de la salud mental y el equilibrio emocional. Hoy y siempre.
Por eso hemos querido ahondar en esta nueva recomendación viral, sumergir la cara en agua helada para aliviar la ansiedad. Al hacerlo, se activa el reflejo de buceo o inmersión del cuerpo de los mamíferos. Así lo asegura la literatura científica y algunas investigaciones. Este reflejo consiste en el cese de la respiración (apnea), la disminución drástica de la frecuencia cardíaca (bradicardia) y un aumento de la vasoconstricción periférica
Cuando nuestra cara entra en contacto con agua fría (menos de 21°C) este reflejo se activa produciendo una cascada de efectos en nuestro organismo. El ritmo cardíaco se ralentiza, los vasos sanguíneos se estrechan y el bazo también se contrae; dichas reacciones nos ayudan a ahorrar energía cuando el nivel de oxígeno es bajo.
Sumergirse en el agua y aguantar la respiración hace que varios receptores de la cara se activen. La información se transmite al cerebro. De inmediato, las vías aéreas se cierran, nuestra frecuencia cardíaca disminuye y con todo, nuestro cuerpo se relaja de forma inconsciente.
"El agua helada provoca lo que al principio parece un ataque de pánico", cuenta Mel Robbins al New York Times. "Pero al final, su cuerpo se relaja y la mente se calma. El agua sigue estando fría, pero la respuesta de ansiedad desaparece”, explica Robbins que adoptó el 'método Wim Hof', que combina la exposición al frío con la respiración y la meditación, para ayudar a controlar la ansiedad y estrés.
Tal y como recoge la publicación: "La gente ha utilizado el agua fría para promover la salud durante siglos. Hipócrates creía que la terapia acuática podía aliviar la fatiga, y los médicos del siglo XVIII recomendaban los baños fríos para tratar afecciones como la fiebre y el raquitismo".
Sentirse revitalizados, con la cabeza despejada y más capaces de manejar el estrés son otros beneficios asociados al agua fría, según dicen quienes lo han probado. Incluso hay quien afirma que los baños de agua helada les ha ayudado a superar el dolor, la ansiedad, la depresión y otros problemas de salud mental. Las pruebas preliminares sugieren que podrían estar en lo cierto, pero la base científica detrás de cómo o por qué el agua fría afecta a la salud mental aún no está clara.
Algunos estudios también han informado de un aumento de las sustancias químicas cerebrales que regulan el estado de ánimo, como la dopamina. Sumergirse en agua helada provoca la liberación de hormonas del estrés, como la noradrenalina y el cortisol.
No todos los beneficios comentados están avalados por la ciencia. Lo que sí se sabe es que el cuerpo responde fisiológicamente a la inmersión en agua fría deteniendo la respiración y disminuyendo la frecuencia cardíaca para conservar energía para sobrevivir. Es decir, que se concentra en conservar las reservas vitales de oxígeno y mantiene la vida al redirigir la actividad a los dos órganos más esenciales para la vida: el corazón y el cerebro.
Sin embargo, tal y como explica a WellandGood la neuropsicóloga Judy Ho: "Al usar este truco como una técnica de afrontamiento contra la ansiedad y el estrés, el objetivo no es detener significativamente la respiración o disminuir la frecuencia cardíaca. Sino que lo que se busca es una tener un contacto rápido y breve con agua muy fría o helada, sumergiendo únicamente la cara". Esto envía un mensaje al nervio vago, que maneja el sistema nervioso parasimpático conocido como "sistema de descanso y relajación".
“Cuando se activa el sistema nervioso parasimpático, regula y ralentiza el ritmo cardíaco y la respiración, y y conduce a una sensación general de calma para muchas personas”, añade Ho. “También le dice al cerebro y al cuerpo que no hay una emergencia y, por lo tanto, ayuda a relajarse y recuperarse de una situación estresante”.