Cómo desmontar los argumentos de los antivacunas
Ahora sabemos que las vacunas son inequívocamente buenas, pero a medida que se refuta un mito sobre las vacunas, parece que otro toma
su lugar.
Una de las preocupaciones más comunes en estos momentos por parte de los padres -cuando se trata de vacunar a sus hijos- es la sugerencia de que administrarle al niño un número múltiple de vacunas, ya sea al mismo tiempo o en un corto período de tiempo, puede abrumar el sistema inmunitario. Para un padre que sepa poco sobre el tema, puede parecer una preocupación convincente.
Lo cierto es que existe mucha investigación que demuestra que esto no es cierto, y un reciente estudio publicado en la Revista de la Asociación Médica Estadounidens, JAMA, (doi:10.1001/jama.2018.0708) proporciona más evidencia aún que confirma que este extremo. La conclusión del trabajo es tan tajante como sencilla: Los niños que reciben múltiples vacunas a una edad temprana no tienen más probabilidades de enfermarse en comparación con los niños que no están vacunados.
"Algunos padres están preocupados de que las vacunas múltiples en la primera infancia pudieran dañar el sistema inmunológico de sus hijos, haciéndolos más susceptibles a futuras infecciones", explica el autor principal Jason Glanz en un comunicado. "Este nuevo estudio sugiere que la teoría de sobrecargar el sistema inmune de un bebé es altamente improbable".
En su investigación, los expertos observaron a unos 1.000 niños de entre 2 y 4 años durante un período de 12 años. En lugar de ver si los niños de la cohorte que habían sido vacunados tenían más o menos probabilidades de desarrollar las enfermedades para las que estaban vacunados, examinaron específicamente las infecciones contra las que los niños no estaban vacunados.
No encontraron diferencias significativas en la tasa de infecciones entre los niños que recibieron vacunas acumuladas y los que no.
Lo que el estudio encontró tiene un sentido abrumador. Cuando nace un bebé, están expuestos a una gran cantidad de microbios nuevos, y potencialmente dañinos, desde el momento en que abandonan el útero de la madre. Comparado con esto, la pequeña cantidad de antígenos que se encuentran dentro de las vacunas son minúsculos, y apenas se registrarían en el sistema inmune en desarrollo.
De hecho, debido a esta verdadera embestida de bacterias, antígenos y otros microorganismos con los que se enfrentan los recién nacidos en los primeros años de vida, el sistema inmunitario está preparado para funcionar exactamente en este entorno, descubriendo quién es amigo y quién es el enemigo.
Este es tan solo uno de los argumentos que exploraremos en esta galería.
Una de las preocupaciones más comunes en estos momentos por parte de los padres -cuando se trata de vacunar a sus hijos- es la sugerencia de que administrarle al niño un número múltiple de vacunas, ya sea al mismo tiempo o en un corto período de tiempo, puede abrumar el sistema inmunitario. Para un padre que sepa poco sobre el tema, puede parecer una preocupación convincente.
Lo cierto es que existe mucha investigación que demuestra que esto no es cierto, y un reciente estudio publicado en la Revista de la Asociación Médica Estadounidens, JAMA, (doi:10.1001/jama.2018.0708) proporciona más evidencia aún que confirma que este extremo. La conclusión del trabajo es tan tajante como sencilla: Los niños que reciben múltiples vacunas a una edad temprana no tienen más probabilidades de enfermarse en comparación con los niños que no están vacunados.
"Algunos padres están preocupados de que las vacunas múltiples en la primera infancia pudieran dañar el sistema inmunológico de sus hijos, haciéndolos más susceptibles a futuras infecciones", explica el autor principal Jason Glanz en un comunicado. "Este nuevo estudio sugiere que la teoría de sobrecargar el sistema inmune de un bebé es altamente improbable".
En su investigación, los expertos observaron a unos 1.000 niños de entre 2 y 4 años durante un período de 12 años. En lugar de ver si los niños de la cohorte que habían sido vacunados tenían más o menos probabilidades de desarrollar las enfermedades para las que estaban vacunados, examinaron específicamente las infecciones contra las que los niños no estaban vacunados.
No encontraron diferencias significativas en la tasa de infecciones entre los niños que recibieron vacunas acumuladas y los que no.
Lo que el estudio encontró tiene un sentido abrumador. Cuando nace un bebé, están expuestos a una gran cantidad de microbios nuevos, y potencialmente dañinos, desde el momento en que abandonan el útero de la madre. Comparado con esto, la pequeña cantidad de antígenos que se encuentran dentro de las vacunas son minúsculos, y apenas se registrarían en el sistema inmune en desarrollo.
De hecho, debido a esta verdadera embestida de bacterias, antígenos y otros microorganismos con los que se enfrentan los recién nacidos en los primeros años de vida, el sistema inmunitario está preparado para funcionar exactamente en este entorno, descubriendo quién es amigo y quién es el enemigo.
Este es tan solo uno de los argumentos que exploraremos en esta galería.
En resumen: vacune a su hijo si no tiene una razón médica por la que no
debería hacerlo. No solo protege a su propio hijo, sino también a todos los
demás.
¿Es necesario hablar sobre esto?
Es necesario aclarar uno a uno los mitos asociados a las vacunas, debido al creciente número de
padres con dudas. Para ello, sea cual sea tu postura, esperamos que esta
galería te sirva para resolver las dudas -si las tienes- ya que echamos por
tierra muchos de los mitos y datos sesgados que todos aquellos que tienen miedo
a las vacunas suelen utilizar para justificar su no utilización. Recordemos que
las vacunas salvan vidas. Y, por desgracia, según los datos de UNICEF, la
quinta parte de los niños de todo el mundo sigue sin recibir las vacunas
básicas.
La importancia de las vacunas
A nivel mundial, la inmunización evita
más de 6 millones de muertes al año. Sin las vacunas, la humanidad quedaría
indefensa ante los múltiples virus y enfermedades que existen e incluso podrían
llegar a resucitar enfermedades que se consideran ya controladas. No podemos
olvidar que las vacunas no solo protegen a los vacunados, sino que también
protegen a personas no vacunadas, a través de la protección de grupo: los
vacunados hacen un efecto barrera que evita que enfermen aquellas personas que
no se pueden vacunar por motivos de salud.
Argumento: Las vacunas contienen químicos
"peligrosos"
Según uno de los argumentos esgrimidos por los antivacunas, las vacunas contienen químicos
'peligrosos' como anticongelante, fenol, formaldehído, aluminio y plomo. ¿Qué
hay de verdad en ello?
La dosis es la clave
Si bien es cierto que muchas vacunas contienen
sustancias químicas como mercurio, aluminio y
formaldehído, las dosis son tan, tan, pequeñas, tan insignificantes, que las
sustancias no se consideran tóxicas.
Por ejemplo, las vacunas contienen pequeñas cantidades de aluminio para ayudar a que sean más efectivas. En total, el aluminio presente asciende a aproximadamente 0,125 mg por dosis, que es mucho menos que el promedio de 30 a 50 mg que el humano promedio consume todos los días.
Y a pesar de que el mercurio utilizado en las vacunas también representa una cantidad nimia, se eliminó de casi todas las vacunas infantiles en 2001, pese a que no hubiera pruebas de que fuera dañino.
Por ejemplo, las vacunas contienen pequeñas cantidades de aluminio para ayudar a que sean más efectivas. En total, el aluminio presente asciende a aproximadamente 0,125 mg por dosis, que es mucho menos que el promedio de 30 a 50 mg que el humano promedio consume todos los días.
Y a pesar de que el mercurio utilizado en las vacunas también representa una cantidad nimia, se eliminó de casi todas las vacunas infantiles en 2001, pese a que no hubiera pruebas de que fuera dañino.
La concentración de aluminio (0,125mg), por otro lado,
es tan baja que ni siquiera se cuenta. En la dieta diaria ingerimos una media
de entre 30 y 50mg de aluminio.
Argumento: Las vacunas debilitan el sistema
inmunitario
La controversia con las vacunas está muy extendida.
Entre ellos, este es el principal argumento de los antivacunas, el hecho de que
los padres mostraran una creciente preocupación por el posible riesgo de
debilitamiento del sistema inmunológico de sus hijos, debido a un
aumento en el número de antígenos procedentes de las inmunizaciones o vacunas
administradas a los pequeños a lo largo del tiempo, terminó transformándose en
un argumento común entre los grupos antivacunas.
Contestando respecto al sistema inmunitario
Ya lo hemos comentado al principio. Rotundamente NO. "Los
padres tienen preocupaciones genuinas sobre la seguridad de sus hijos en
relación con la vacunación. Esperamos que este estudio arroje algo de luz sobre
sus preocupaciones, ayudando a los padres a comprender mejor la seguridad y los
beneficios de la vacunación a tiempo". Y es que el estudio
publicado en la revista
JAMA concluyó que no existen diferencias en
la tasa de infecciones entre los que recibieron vacunas y los que no teniendo
en cuenta infecciones contra
las que los niños no estaban vacunados. En resumen, el rechazo a las vacunas no
tiene sentido ni tampoco es sano para los pequeños, ni para ellos, ni para
todos los demás niños.
Argumento: El sistema inmune de un niño necesita
desarrollarse solo
Esta creciente comunidad de antivacunas ha provocado
que hayan resurgido, por ejemplo en Europa, epidemias de sarampión (con más de
400.000 afectados), de paperas en Estados Unidos y Brasil (con miles de
afectados) o de difteria en Bangladesh. Uno de los argumentos que sustenta esta
situación es afirmar que el sistema inmunológico de los niños necesita
desarrollarse solo, de forma natural. ¿Qué dice la ciencia?
Es falso que el sistema inmune del niño no necesite
las vacunas
Las vacunas fortalecen su sistema inmunológico, no lo debilitan. Las vacunas
introducen una forma debilitada de virus en el organismo para que el sistema
inmune pueda aprender a identificar y defenderse contra futuras infecciones.
Para personas jóvenes y mayores, aumentar el sistema inmune con una vacuna es particularmente importante. Por ejemplo, los niños deben recibir vacunas para infecciones peligrosas a una edad temprana, porque es cuando sus sistemas inmunes son más susceptibles. Los mayores, porque su sistema inmune ya es muy débil, pues a medida que envejecemos, el sistema inmunitario ya no trabaja tan bien, se vuelve más lento para responder, lo que aumenta el riesgo de enfermar.
Para personas jóvenes y mayores, aumentar el sistema inmune con una vacuna es particularmente importante. Por ejemplo, los niños deben recibir vacunas para infecciones peligrosas a una edad temprana, porque es cuando sus sistemas inmunes son más susceptibles. Los mayores, porque su sistema inmune ya es muy débil, pues a medida que envejecemos, el sistema inmunitario ya no trabaja tan bien, se vuelve más lento para responder, lo que aumenta el riesgo de enfermar.
Argumento: Las vacunas pueden causarte alergias
Otro de los argumentos muy populares entre las
personas que no están a favor de las vacunas es el hecho de plantear que las
vacunas pueden provocar alergias. De hecho, este razonamiento empezó a darse a
partir de 1997 a causa del aumento de las alergias.
Las vacunas NO pueden darte alergias
No hay una respuesta más firme y concreta. Las vacunas no pueden provocar
alergias. Una sólida investigación demostró que
las vacunas tienen exactamente el efecto opuesto: te protegen de las alergias.
Las vacunas han sido una maravillosa adición al
arsenal médico y han logrado avances importantes en la reducción de la
morbilidad y la mortalidad debido a enfermedades infecciosas. Por supuesto que
ninguna vacuna es perfecta, tanto en términos de eficacia como de seguridad de
la vacuna; ninguna vacuna ha demostrado una eficacia del 100%, pero este
movimiento de padres que se niegan a vacunar a sus hijos sobre la base de los
riesgos percibidos de las vacunas junto con la falta de un beneficio percibido
como suficiente, es responsable de una morbilidad y mortalidad inaceptable
en todo el mundo.
Argumento: Las vacunas pueden causar autismo
En la década de 1990, se publicó un estudio que
encontró una asociación entre el autismo y la vacuna contra el
sarampión, las paperas y la rubeola. Este estudio alimentó una nueva exposición
contra las vacunas.
Las vacunas NO pueden provocar autismo
Más tarde quedó demostrado que el estudio fue
totalmente fraudulento. Y múltiples estudios exhaustivos y a largo plazo hechos
posteriormente confirmaron que no existe tal relación entre el autismo y las
vacunas. Por si esto fuera poco, 10 de los 13 autores que firmaron el artículo
original refutaron y retiraron sus declaraciones originales.
Las vacunas afectan solo a una persona
Otro de los argumentos que esgrimen los antivacunas es
este, Afirman que Las personas deberían tener la opción de decidir si se
vacunan o no 'porque la elección solo te afecta ti'.
Las vacunas afectan a la salud de TODOS
Las vacunas no solo protegen al que se las pone, sino
que también ayudan a otras personas a mantenerse saludables a su alrededor,
especialmente las personas mayores, los jóvenes y las personas que no pueden
vacunarse, como los que se someten a tratamiento de quimioterapia. A esto
se le llama inmunidad colectiva, y afecta la salud de todos, no solo a una
persona.
La desinformación es un arma peligrosa
En los países en desarrollo, los esfuerzos de
erradicación de la polio se han visto obstaculizados por campañas de
desinformación. En los tres países restantes con polio endémica (Nigeria,
Pakistán y Afganistán), se ha afirmado que los programas de vacunación han sido
una tapadera para que las potencias occidentales esterilicen a la población o
propaguen el VIH.
Todo es una gran conspiración de las farmacéuticas
Otro de los razonamientos ahonda en que se trata de
una conspiración detrás de la que se encuentra una gran farmacéutica que está
secretamente tratando de matarnos.
Por supuesto que las compañías farmacéuticas ganan dinero con las vacunas, pero eso no significa que estas sean malas para nosotros.
Por supuesto que las compañías farmacéuticas ganan dinero con las vacunas, pero eso no significa que estas sean malas para nosotros.
Desmontando las teorías conspirativas
En los EE. UU., entre 1994 y 2013, las vacunas
generaron un ahorro neto de 295.000 millones en costes directos y1,3 mil
millones en costes sociales.
Y aunque es cierto que algunos tratamientos farmacéuticos se han retirado del mercado debido a efectos secundarios imprevistos, las vacunas son unas de las sustancias más reguladas que podemos poner en nuestros cuerpos. Las vacunas no experimentan con nosotros. Aprobar una sola vacuna puede llevar entre 10 y 25 años, e incluso una vez que está en el mercado, se sigue observando cuidadosamente.
Y aunque es cierto que algunos tratamientos farmacéuticos se han retirado del mercado debido a efectos secundarios imprevistos, las vacunas son unas de las sustancias más reguladas que podemos poner en nuestros cuerpos. Las vacunas no experimentan con nosotros. Aprobar una sola vacuna puede llevar entre 10 y 25 años, e incluso una vez que está en el mercado, se sigue observando cuidadosamente.
¿Qué ocurre en los países desarrollados?
En el mundo desarrollado, el movimiento antivacuna ha
sido aún más insidioso, difundiendo afirmaciones erróneas de un mayor riesgo de
eventos adversos graves asociados con las vacunas, lo que conduce a su vez a
años de costosos estudios científicos para desacreditar dichos mitos.
Para complicar aún más las cosas, a través de los años
ha habido médicos que han jugado en manos de estos movimientos, a veces con
fines de lucro. Otros, influenciados por la desinformación, ayudaron perpetuar
el problema falsificando los registros de vacunación, permitiendo que las
personas no vacunadas asistieran a las escuelas y sirvieran como reservorios
para brotes de enfermedades prevenibles por vacunación.
¿Qué es lo que no parecen entender los 'antivacunas'?
Lo que algunas personas no comprenden es que, si bien
se ha eliminado la transmisión local de laenfermedad, aún se
producen brotes, causados por las importaciones del virus, con casos
secundarios y terciarios como resultado de la exposición a estos casos
importados. Estas exposiciones a menudo ocurren en reuniones masivas, como una
visita a un parque de atracciones y no se deben a la transmisión local
residual; Todo está en la semántica.
Lo que tampoco entienden los antivacunas son los peligros de las enfermedades en sí.
Lo que tampoco entienden los antivacunas son los peligros de las enfermedades en sí.
Ejemplo: El sarampión
El sarampión tiende
a ser más grave en niños menores de 5 años y adultos mayores de 20 años. Los
peligros inmediatos incluyen diarrea (con deshidratación posterior) en el 8% de
los casos, otitis media en el 7% de los casos, neumonía (primaria viral o
bacteriana secundaria) en el 6% de los casos y encefalitis aguda en uno de cada
1.000 casos (con una tasa de letalidad de aproximadamente el 15%). Una
estadística que nos ha de llamar la atención: hasta el 30% de los casos
informados tienen una o más complicaciones de la enfermedad, y de uno a dos por
cada 1.000 pacientes con sarampión mueren por complicaciones. Quizás una
diseminación de información más extendida sobre los peligros de las secuelas a
largo plazo de la infección por sarampión, la panencefalitis esclerosante subaguda,
por ejemplo, es posible que tuviera un mayor efecto. Sea como fuere, la
vacunación es crucial para el ser humano.